Malú ha decidido confesar uno de esos secretos que muchos artistas guardan bajo llave y lo ha hecho sin el menor pudor. Porque detrás de los focos, los grandes conciertos y las ovaciones interminables, la cantante también tiene sus manías. Y una de ellas, probablemente la más comentada, tiene que ver con algo tan básico e íntimo como la ropa interior.

Y es que cuando un concierto sale redondo, cuando todo fluye y la conexión con el público es total, Malú no se la juega. Si esa noche ha sido mágica, hay algo que se repite sí o sí en el siguiente show. “Si el concierto va muy bien, repito la misma ropa interior que haya llevado”, confesó entre risas, dejando claro que en su caso la superstición pesa más que cualquier manual de estilismo.

El tanga de la suerte existe... y se lava

De este modo, la artista ha reconocido que tiene lo que ella misma denomina “el tanga de los conciertos”. Una prenda que ya forma parte del ritual previo a subirse al escenario. Eso sí, con matices importantes. Malú dejó claro que se repite, pero pasa antes por la lavadora. 

Malú concert   Instagram
Malú concert Instagram

Y es que cuando llevas años girando, aprendiendo a leer al público y jugando con la energía del directo, cualquier detalle que te dé seguridad se convierte en oro. Aunque ese “oro” venga en forma de ropa interior fetiche.

Manías, risas y cero complejos

La realidad es que la confesión no solo ha provocado carcajadas, sino también simpatía. Porque Malú no lo cuenta desde la pose, sino desde la complicidad. Sabe que es una manía absurda, pero también sabe que forma parte del show… aunque nadie la vea. De este modo, la cantante se suma a la larga lista de artistas que reconocen supersticiones sin complejos. Y lo hace con una mezcla perfecta de humor y sinceridad. Nada de misterio, nada de divismos. Aquí hay concierto, sudor, nervios y tanga de la suerte.

Así pues, mientras el público vibra, canta y aplaude, Malú sonríe sabiendo que todo está en su sitio. Micrófono listo, voz afinada y la prenda adecuada. Porque en el escenario, como en la vida, a veces no se trata de cambiarlo todo, sino de no tocar lo que funciona. Y si es superstición, mejor reírse de ella y seguir cantando.