En la madrugada del jueves 22 de mayo, la tensión en el hogar de Alejandra Rubio y Carlo Costanzia alcanzó niveles insospechados. Con el rostro desencajado y las manos temblorosas, Carlo no ha conseguido conciliar el sueño. El motivo: la inminente sentencia por intento de homicidio que pesa sobre sus hermanos Pietro y Rocco, acusados de un salvaje ataque con arma blanca en Turín que dejó a un hombre mutilado de por vida. Y es que, mientras el Palacio de Justicia de Turín respalda sin fisuras a la jueza Ombretta Vanini, conocida por su carácter implacable, Carlo atraviesa horas de angustia. Personas próximas a él cuentan que la noche en el piso que comparte con Alejandra Rubio y su pequeño hijo estuvo marcada por susurros interrumpidos, comunicaciones a medias y una única súplica que no dejaba de escucharse: “libertad”.

Pietro y Rocco Costanzia, hermanos del yerno de Terelu Campos, podrían pasar más de una década entre rejas. Pietro, señalado como el autor directo del apuñalamiento que dejó a Oreste Borelli sin una pierna, ha confesado su crimen con una escalofriante frialdad: “Acosaba a mi novia. Quería darle una lección, golpearlo, pero no matarlo ni tan siquiera herirlo de gravedad”. Por su parte, Rocco se aferra con uñas y dientes a su presunta inocencia, con la defensa intentando desmarcarlo de la escena del crimen. A esta tragedia familiar se suma la situación del patriarca, Carlo Costanzia di Costigliole, quien enfrenta seis meses de prisión por falsedad documental tras haber supuestamente manipulado un contrato de alquiler para beneficiar a su hijo Pietro. La imagen de una familia desmoronándose frente al escrutinio público ha dado paso a uno de los dramas más sórdidos del año.

“Free Pietro” y “Free Rocco”: la súplica desesperada de Carlo desde Madrid

Alejado físicamente del escándalo, pero emocionalmente atrapado en él, Carlo Costanzia ha cerrado filas en torno a sus hermanos. En redes sociales, ha compartido un grafiti pintado por él mismo, clamando por su liberación. “Rocco free” y “Pietro free”, se puede leer en su publicación. Ahora bien, detrás de esa muestra artística hay noches sin dormir, conversaciones clandestinas con abogados y una constante sensación de incertidumbre. Alejandra Rubio, testigo directa del desplome anímico de su pareja, ha optado por el silencio mediático. Sin embargo, quienes la conocen aseguran que se encuentra devastada. La joven está viviendo de cerca cómo su pareja revive su propio pasado carcelario mientras intenta contener una angustia que ya se ha vuelto crónica.

Un futuro entre barrotes o el milagro de la absolución: todo se decidirá el 3 de junio

La fecha ya está marcada en rojo en el calendario de la familia Costanzia: martes 3 de junio a las 10:00 horas, el día que la jueza dictará sentencia en una audiencia a puerta cerrada. Los medios italianos no ocultan su expectativa. Se habla de un juicio “mediático, crudo y ejemplarizante”, puesto que las declaraciones de Pietro, el historial delictivo de Rocco y el oscuro papel del padre han convertido este caso en un fenómeno de interés nacional. Por otra parte, Carlo Costanzia sabe mejor que nadie lo que es estar tras las rejas. En el pasado, enfrentó sus propios demonios judiciales y logró salir adelante. Pero esta vez no depende de él. Esta vez, son sus hermanos quienes enfrentan el juicio más duro de sus vidas. Y él, condenado al insomnio, solo puede esperar.