Lídia Torrent es una de las presentadoras catalanas que más seguidores tiene. Su talento delante de cámaras, su telegenia, su inmensa sonrisa de oreja a oreja la hacen merecedora de todos los elogios. Esperemos que muy pronto la podamos volver a ver en algún programa después de su paso por First dates, donde fue una de las caras más emblemáticas del programa presentado por Carlos Sobera. La verdad es que la genética ha hecho bien su trabajo. Y es que el talento que tenía y tiene su madre, la maravillosa Elsa Anka, cada vez que se pone delante de una cámara, lo ha heredado la hija sin ningún tipo de dudas.
Pero es que ahora hemos sabido que no solo ellas dos son dos cracks en lo suyo. El hijo pequeño de Elsa, y hermano de Lidia, también es una persona que cuando una cosa se le pone entre ceja y ceja, no para hasta conseguirla. Hace tiempo se nos presentó en sociedad Miquel, un chico guapérrimo de 22 años que se parece bastante a sus célebres madre y hermana. Y ahora ha sido el causante de uno de los momentos más felices en las vidas de Elsa y Lidia. Las mujeres de la familia han estado más orgullosas que nunca por lo que ha conseguido el joven Miquel: graduarse después de haber estudiado Relaciones Públicas en la Universidad de Barcelona. Un momento que ninguna de ellas se ha querido perder, como dos grouppies con su cantante preferido. Y es que la ocasión lo valía. Y tanto que lo valía. Como ha escrito la misma Lidia: "Las fanses". En otra imagen, mostraba orgullosa el graduado de su hermano. Y finalmente, el momento más esperado, cuando los tres se fundían en un abrazo e inmortalizaban el momento para la posteridad, con ellas dos visiblemente emocionadas y con los ojos brillantes al lado del protagonista del día. Como dice Lidia, "orgullosas de ti":
Lídia siempre ha estado muy orgullosa de su hermano, y desde que llegó a la vida, seis años después que ella, siempre lo ha protegido, querido, cuidado y ha sido uno de los pilares de su vida. Solo hay que ver la felicitación que le hizo cuando el joven cumplió los 18 años, que hacía llorar de la emoción por unas palabras muy sentidas: "Te cogí la primera cuando naciste, antes incluso que papá y mamá. Mi memoria de pez lo olvidó pero sé que sigue existiendo lo que debí sentir en algún recoveco de mi cerebro. Te daba los biberones, te cambiada el pañal y te cogía con mucha maña y destreza aun siendo una mocosilla. Cada mañana mamá te traía a mi cama para despertarme. Te ponía a mi lado y yo enseguida me espabilaba y te cogía en brazos. Te olía, acariciaba y miraba. Jamás sentí celos por tu llegada, sino una enorme sensación de querer protegerte y cuidarte. Y así sigue siendo. Hemos estado mano a mano en muchas ocasiones y eso hace que nuestro vínculo sea aún más especial. No ha sido fácil hacer evolucionar ese lazo más bien maternal que había desarrollado contigo a uno de ‘hermanos cómplices’. Sigo en ello, lo admito. Me siento muy orgullosa de la persona que eres y en la que te estás convirtiendo. Leal, sensato, inteligente, generoso, considerado, sensible y bueno. Tu vida es lo más importante de la mía. Te quiero como a nadie nunca":
Amor de hermanos. Hoy más que nunca con la graduación de Miquel. La enhorabuena.