Quién lo diría. José María Almoguera, aquel joven que renegaba del “circo mediático” en el que su madre, Carmen Borrego, lleva años como acróbata principal, ha terminado por enfundarse las mallas y subirse al trapecio del negocio de la telebasura. El mismo que tachaba de “the fucking show” y que señalaba con el dedo acusador cuando hablaba del modo de vida de su madre, su tía Terelu y su prima Alejandra Rubio. Pero la tentación tiene precio, y parece que el de Almoguera ronda los 5.000 euros mensuales fijos, más incentivos por contenidos extraídos directamente de su vida privada. Bonus por exclusivas, por llorar ante las cámaras, por conflictos con su ex y enfrentamientos familiares. Un “todo incluido” televisivo que deja atrás cualquier discurso moralista del pasado.

Sueldo de estrella y escenas familiares al mejor postor

Según fuentes cercanas a Telecinco citadas por ‘Informalia’, el hijo de Carmen Borrego percibe honorarios propios de una auténtica estrella de primer nivel, a pesar de que, hace poco más de un año, él mismo arremetía contra quienes, según sus palabras, “vivían del cuento”. Lo que antes le provocaba pudor y rechazo, hoy se ha convertido en su día a día: platós, focos y exclusivas. Su pareja, María Sánchez 'La Jerezana' , tampoco ha permanecido ajena a este fenómeno. Ambos forman ya parte del selecto elenco de personajes que alimentan el inagotable apetito del público por el entretenimiento rosa, asistiendo juntos a programas y colaborando activamente en ese espectáculo mediático que el propio José María criticó abiertamente en sus primeras apariciones.

En el universo del corazón, los principios suelen desvanecerse ante la tentación de un cheque con muchos ceros. Así lo demuestra María, quien no ha dudado en lanzarse de lleno a la vorágine televisiva. No solo ha acompañado a Almoguera en su salto al estrellato mediático, sino que ya ha protagonizado sonados encontronazos con la exmujer de él, Paola Olmedo, regalando a la audiencia momentos cargados de tensión, lágrimas contenidas y reproches en prime time. Todo ello, por supuesto, con una generosa recompensa económica aguardando tras bambalinas.

Del grito desesperado a la sonrisa en plató: el vídeo de la boda, el punto de quiebre

Pocos olvidan aquel episodio en el que José María explotó contra la dirección de Telecinco por haber anunciado la emisión de su vídeo de boda con Paola Olmedo, material en manos de la revista Lecturas, que había firmado la exclusiva del evento. Almoguera levantó el teléfono, profirió amenazas legales y exigió respeto a su privacidad, alegando que su intimidad no estaba en venta.

Pues bien, todo apunta a que aquellos férreos principios que José María Almoguera defendía con tanto ahínco han terminado por doblegarse ante la realidad del negocio televisivo. Finalmente, el acuerdo se selló y no solo se autorizó la emisión del polémico vídeo, sino que tanto él como su ex pareja no han tenido reparo en ocupar el centro del plató mientras las imágenes se proyectaban ante millones de espectadores. De la indignación inicial, ni rastro. Así que, este nuevo José María Almoguera ya no es el hijo crítico que pedía distancia del foco. Ahora es un protagonista más en una industria que canjea la vida privada por cuota de pantalla. Y si antes tachaba de "vaga" a su madre por vivir de platós, hoy podría decirse que ha superado al maestro.