La llegada del primer hijo de Alejandra Rubio prometía traer paz y nuevas ilusiones al mediático clan Campos, pero nada más lejos de la realidad. En vez de unir, el nacimiento del bebé ha servido para profundizar la grieta familiar que separa a la joven influencer de su tía, Carmen Borrego. Según fuentes cercanas a ambas, la relación se ha vuelto insostenible. Alejandra, marcada por una actitud controladora y una profunda desconfianza hacia los suyos, ha prohibido tajantemente a Carmen acercarse al recién nacido.

Una persona cercana al entorno de Alejandra comenta que la joven es muy controladora y no soporta que alguien más tenga al niño. Incluso su propia madre, Terelu Campos, ha declarado en ‘Supervivientes 2025’ que su hija se altera cada vez que alguien sostiene al bebé: "Mi hija se pone nerviosa cuando cojo al niño en brazos, me dice 'mamá que pesa', la pobre se preocupa, yo le digo 'hija, que puedo, cariño, que si veo que no puedo porque me duele, lo voy a soltar'", comienza comentando con sus compañeras, Makoke y Carmen Alcayde. Y agregó: "la pobre se preocupa y me dice que pesa mucho, no vayas a estar incómoda...". Pero con Carmen la situación es aún más tensa. Las visitas están vetadas y el contacto con el bebé es inexistente.

Distancia emocional y reproches: Carmen, fuera del círculo íntimo

La ya frágil relación entre Alejandra y Carmen terminó de estallar tras la polémica portada de la revista ‘Lecturas’, donde Borrego ofreció una exclusiva desde el salón de la casa de su fallecida madre, doña María Teresa Campos. Aquella decisión fue interpretada por Alejandra como una traición sin retorno. En unos audios filtrados, la joven no se mordía la lengua: “Mi tía es subnormal, gordi, y ya está. Se ha marcado una exclusiva en una revista enseñando la casa de mi abuela… Hasta fotitos sentada en la cama de mi abuela, cosa que me parece una puta barbaridad”, decía con rabia.

El contenido de esas palabras, lejos de ser un conflicto aislado, refleja una ruptura emocional profunda. Alejandra no solo cuestiona la ética de su tía por hacer negocio con la memoria de su abuela, sino que ha decidido cortar todo vínculo emocional y físico. “Yo respeto que cada uno haga lo que quiera, pero mi posición es muy clara. No voy a hablar más de mi abuela, mis sentimientos y mis cosas se quedan para mí”, ha sentenciado. Y ese “para mí” también implica proteger al nuevo miembro de la familia de todo lo que ella considera tóxico.

Alejandra impone su ley: Carmen Borrego no tiene acceso al bebé

La decisión de Alejandra no fue negociada ni consultada con otros miembros de la familia, simplemente estableció su propia regla: Carmen no puede ver al niño. Aunque esto ha causado un profundo dolor a la colaboradora televisiva, ella no ha intentado enfrentarse directamente. En una entrevista posterior, Borrego expresó su postura sobre los audios filtrados de su sobrina: “¿Que no le gusta? Lo siento, no le voy a pedir permiso”. Mientras tanto, Terelu vive su propio drama emocional en los Cayos Cochinos, entre confidencias con Makoke y Carmen Alcayde, tratando de digerir la nueva realidad de su hija. Una realidad en la que, paradójicamente, ella tampoco tiene un papel protagonista. Porque aunque no lo diga abiertamente, Alejandra también ha puesto límites a su propia madre.