Estopa no solo sigue en pie: sigue en lo más alto. Lo que comenzó hace veinticinco años como una aventura musical entre dos hermanos de Cornellà se ha convertido en una de las trayectorias más sólidas del pop español. David y José Muñoz celebraron el pasado año sus bodas de plata con la música sin nostalgia ni sensación de despedida. Al contrario. Están en uno de sus mejores momentos, también en lo económico. Los conciertos llenos y los derechos de autor les han permitido construir una estabilidad que pocos artistas logran, hasta el punto de haber garantizado el descanso de sus padres mucho antes de lo previsto.
Ahora, además, viven un nuevo hito mediático. Tras la salida de Andreu Buenafuente y Sílvia Abril, serán ellos, junto a Chenoa, quienes se encarguen de despedir el año en la televisión pública. Una responsabilidad que asumen con ilusión y naturalidad, fieles a esa manera suya de tomarse el éxito sin grandilocuencias.
Aunque sus raíces familiares están en Badajoz, su identidad siempre ha estado ligada a Cornellà de Llobregat. Allí crecieron, allí se formaron y allí comenzaron a escribir canciones que acabarían convirtiéndose en himnos generacionales. Sin embargo, con el paso del tiempo y las necesidades de una vida más tranquila, decidieron mudarse apenas unos kilómetros más arriba, a Ciudad Diagonal, una de las zonas residenciales más exclusivas del área metropolitana de Barcelona.
Los hermanos Estopa viven cerca de la casa de Lamine Yamal, antes de Piqué y Shakira
Situada en Esplugues de Llobregat, Ciudad Diagonal ofrece justo lo que muchos buscan cuando el ruido empieza a sobrar: silencio, privacidad y vistas despejadas. Es un barrio de calles amplias, casas rodeadas de verde y una seguridad que permite vivir sin sobresaltos. No es casual que compartan entorno con nombres tan conocidos como Rosalía, Mercedes Milá o Arantxa Sánchez Vicario, ni que durante años fuera también el hogar de Piqué y Shakira.
A pesar del cambio de paisaje —en una zona donde las viviendas superan con facilidad el millón de euros—, los hermanos Muñoz no han cambiado. Siguen paseando sin alboroto, vistiendo cómodo, charlando con los vecinos o sentándose en una terraza como cualquiera. Esa cercanía sigue siendo su sello más reconocible.
La proximidad a Barcelona, los colegios privados y el acceso rápido a Collserola completan un equilibrio perfecto entre ciudad y naturaleza. Quizá por eso resulta tan coherente que quienes escribieron canciones nacidas en polígonos industriales hayan encontrado ahora su refugio en lo alto de la colina. El éxito les cambió las vistas, pero no la esencia. Y en Ciudad Diagonal, Estopa ha encontrado exactamente eso: calma sin perder identidad.
