Jose Corbacho es uno de los máximos exponentes de los CÓMICOS, en mayúsculas, que hay en el país. Desde que hace años formara parte de la factoría La Cubana, hasta la actualidad, combinando su locura en Tu cara me suena con la obra de teatro Ante todo, mucha calma, pasando por los años en que fue un chico Buenafuente o dirigía series y películas de éxito como Tapas.
Su cara pública combina la irreverencia, un carácter deslenguado y un alma de clown dispuesta a lo que haga falta para arrancar una sonrisa en el público. Pero la persona que hay bajo los sombreros que tanto le gustan o las gafas negras de pasta es alguien que ha vivido, como todo el mundo, momentos muchos duros. Y para sobreponerse a ellos, un antídoto que nunca le ha fallado es su profesión: "Mi trabajo me ha ayudado a pasar malos momentos en la vida". El actor y director ha subido Al cotxe! de TV3 con Eloi Vila y le ha confesado que los escenarios han sido su tabla de salvamento en los momentos más complicados.
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Especialmente, cuando murió su padre o cuando se separó de su primera pareja. La defunción de su progenitor le cogió trabajando en Madrid. No en un teatro, sino en una sala de reuniones, explicando a directivos televisivos el proyecto que se llevaba entre manos, una serie que acabaría siendo Pelotas que explicaba la vida en un modesto club de fútbol amateur de barrio: "Mi padre estaba fastidiado y mi familia me dijo: vete, que aquí está todo controlado. En la reunión, Juan Cruz (codirector), que estaba muy callado, me dijo: 'Llama a tu hermana'. Fue una sacudida, pensé: 'Tendría que haber estado allí, ¿qué hago en Madrid?'. Pero después, la serie me evocaba a mi padre, cuando me venía a ver de pequeño cuándo jugaba a fútbol".
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"Eso me ha pasado más veces: cuando me separé de Anna Barrachina, mi primera mujer, fue duro y traumático. Seguir trabajando me ayudó mucho y cuando se encienden las luces o entras en el escenario piensas: 'no quiero estar en otro lugar que no sea este', reconoce un Corbacho que a pesar de lucir sus habituales camisas floreadas, se desnudaba en alma al lado de Eloi Vila.
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Corbacho emocionado por el padre... y por el hijo, al recordar una prueba de Masterchef Celebrity en que tenía que hacer unas papillas, ganó un premio y lo cedió a una Fundación que lucha por ayudar a niños desfavorecidos de Etiopía, país del que es, precisamente, su hijo. Una emoción que relata con su particular estilo: "Me cogió aquí en el estómago una bola, que yo pensaba: 'Jose, controla, controla, controla'... e hice: 'Bruaaag', y me eché a llorar. Yo lloro mucho. De pequeño, en 'La casa de la pradera': 'Mary se ha quedado ciega'... y yo llorando como una magdalena. La vida es emocionarte". Puedes ver el momento cliqueando en la foto (a partir del 6'60):
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Un Corbacho que comprobó, más que nadie, que el coche de TV3 es terapéutico.