Ya hace más de un año que España tiene presos políticos y los poderes del Estado no parecen dispuestos a aflojar la represión contra el movimiento independentista. En una decisión difícil, Jordi Sànchez y Jordi Turull decidieron hace dos semanas que empezarían una huelga de hambre para denunciar las trabas del Tribunal Constitucional, que impide que la causa llegue al Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Sànchez y Turull no han comido desde el 1 de noviembre. Tres días más tarde se añadían a la huelga Josep Rull y Joaquim Forn.

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Jordi Turull antes de declarar al Tribunal Supremo | EFE

Después de 14 días de huelga de hambre, Jordi Turull ha tenido que ser trasladado a la enfermería de la prisión de Lledoners. Enseguida, centenares de ultras han inundado la red de ataques contra el conseller y el resto de presos políticos catalanes. Los comentarios contra Turull son lamentables. El ensañamiento contra una persona en una situación tan delicada, deplorable.

La red ultra se autocalifica al reírse del estado de salud del conseller. A pesar de todo, la huelga de hambre continúa.