El flaco de Úbeda, que prepara su adiós definitivo a los escenarios, no quiso retirarse sin dejar otra de sus marcas personales: la polémica. Durante una entrevista concedida a ‘Esquire’ en plena gira de despedida, Joaquín Sabina no solo habló de música, poesía y literatura, sino que lanzó dardos envenenados contra uno de los hombres más poderosos del planeta: Elon Musk. El cantautor, que a sus 76 años sigue llenando estadios —incluso el mítico Madison Square Garden de Nueva York—, mostró un perfil crítico, afilado y sin filtros, confirmando que su voz sigue tan vigente como sus letras. Lo que nadie esperaba es que, en plena conversación sobre libros, se transformara en un demoledor crítico del magnate sudafricano.

Joaquín Sabina contra Elon Musk: un poeta frente al imperio tecnológico

Sabina aseguró que hoy en día lee un libro al día, en inglés o en español, y que su mayor fortuna no está en mansiones ni en coches de lujo, sino en libros raros que ha coleccionado a lo largo de su vida. Y fue en ese terreno intelectual donde comparó su visión del mundo con la de Musk. El cantautor lo describió como un “despide obreros como una casa”, acusándolo de carecer de verdadera cultura. Para Sabina, lo que más preocupa no es que Musk invierta millones en cohetes o criptomonedas, sino que base su imaginario cultural únicamente en “ciencia ficción y videojuegos”. Un detalle que, para un hombre que devora poesía de Neruda y canciones de Leonard Cohen, resulta una condena.

La furia de Sabina: de Trump a Putin, pasando por Musk

No contento con atacar al dueño de Tesla y X (antes Twitter), el artista cargó también contra otros líderes internacionales. Tildó de “espantoso” lo que ocurre con Trump, Milei y Putin, aludiendo a un panorama mundial dominado por populistas y millonarios excéntricos. Pero fue Musk quien se llevó la crítica más directa: “Será el tipo más rico del mundo, pero lo único que ha leído en su vida son libros de ciencia ficción y videojuegos”, disparó el cantante. Esta declaración no pasó desapercibida, sobre todo porque proviene de una figura que, aunque retirada de la primera línea política, siempre ha sabido leer los tiempos. Sabina dejó claro que el problema no está en disfrutar de novelas fantásticas, sino en que un hombre con tanto poder reduzca su universo cultural a una sola mirada.

Mientras Musk se pasea entre lanzamientos espaciales y polémicas en redes sociales, Sabina insiste en que su retiro será una celebración de la cultura. Llenar el Madison Square Garden en su cuarta ocasión no fue solo un concierto, sino un acto de resistencia: la poesía sigue teniendo un espacio en el mundo dominado por algoritmos y millonarios. El contraste entre ambos personajes no puede ser mayor. Por un lado, el empresario que convirtió Twitter en un hervidero de fake news; por otro, el poeta que invierte en libros raros como si fueran diamantes.

Con su ironía intacta y sus críticas sin anestesia, el cantautor ha transformado cada entrevista en un escenario más de su gira. Y en ese escenario, Elon Musk se ha convertido en el blanco perfecto. Joaquín Sabina, el eterno trovador, parece decidido a irse lanzando sus últimas balas. Y si alguien pensaba que su adiós sería melancólico y silencioso, ya puede ir olvidándolo: el poeta andaluz se retira del mismo modo que vivió, entre versos, polémicas y titulares que hacen temblar a los poderosos.