Hollywood siempre ha vendido la imagen de Jennifer Aniston como la mujer fuerte, elegante y capaz de conquistar cualquier pantalla. Sin embargo, detrás de esa sonrisa que marcó a toda una generación en Friends, la actriz ha revelado un lado mucho más humano y vulnerable. En una entrevista reciente, la intérprete confesó que todavía siente ansiedad al exponerse y que ha aprendido a vigilar cada palabra que pronuncia para evitar que se tergiverse en los titulares.
La artista, que lleva más de tres décadas bajo los reflectores, no duda en admitir que la desconfianza hacia la prensa ha sido un aprendizaje doloroso. “Me pongo un poco nerviosa al hablar en público, especialmente después de tantos años en los que tus palabras se retuercen o sacan de contexto”, deslizó con franqueza. Este hábito, asegura, se ha convertido en una especie de coraza con la que enfrenta cada entrevista.
La actriz de Friends aún teme a los eventos de Hollywood
No todo en la vida de Aniston es glamour. Aunque ha asistido a los eventos más exclusivos, la actriz reconoce que todavía se siente intimidada por los grandes escenarios. Uno de los ejemplos más claros es su complicada relación con la alfombra del Met Gala, un evento al que ha asistido contadas veces porque, según sus propias palabras, la abruma la excesiva atención. “Me abruma. Es todo el proceso de arreglarse, ponerse un vestido, maquillarse, peinarse y luego sentarse en una sala enorme con tus colegas”, admitió. Pese a su estatus de ícono de moda, Jennifer se define como una mujer mucho más sencilla: amante de los vaqueros, las sandalias y una camiseta básica antes que de los vestidos millonarios que suelen imponer las galas. Una revelación que sorprende a quienes la consideran un símbolo del estilo hollywoodense.
Jennifer Aniston y Reese Witherspoon: una complicidad a prueba de cámaras
Más allá de sus inseguridades, la protagonista de The Morning Show se refugia en la amistad y colaboración con Reese Witherspoon, con quien comparte pantalla y confianza. Ambas actrices ya habían coincidido años atrás, cuando Witherspoon interpretó a la hermana de Rachel Green en Friends. Hoy, esa complicidad se ha convertido en un lazo casi familiar. “Reese es como una abeja trabajadora. Siempre está ocupada. Nos escribimos durante el año, aunque no estemos filmando, solo para saber cómo está la otra. Es como una hermana de otra madre”, confesó Aniston, dejando claro que su vínculo va más allá del set. En un ambiente donde los egos suelen ser el pan de cada día, Jennifer resalta que lo suyo es distinto: No compiten por el protagonismo, confían plenamente la una en la otra. Esta dinámica, asegura, es lo que mantiene viva la esencia de The Morning Show.
El éxito de esta serie también le ha servido como una plataforma de crecimiento personal y profesional. “He descubierto lugares en mi creatividad a los que antes no sabía que podía llegar. Ha sido un desafío que me ha empujado a mis límites”, aseguró. Con esta sinceridad, Jennifer Aniston demuestra que, a pesar de los miedos y las dudas que la acompañan, sigue siendo un referente indiscutible en la industria. Una mujer que aprendió a sobrevivir en un medio hostil y que, a día de hoy, no teme mostrarse tal cual es: vulnerable, auténtica y, sobre todo, más humana que nunca.