Poco a poco, Jair Domínguez se ha convertido por méritos propios y a mucha honra, en uno de los enfants terribles del unionismo. Tiene una virtud que hoy en día les falta a muchos comunicadores: se moja. Provoca. Toca las narices. No tiene miedo de poner en su sitio a quien él cree que se lo merece y no se calla la boca ni va con medias tintas a la hora de soltar su sarcasmo, su ironía o sus zascas.

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@jairdominguez

Primero, en el lejano Bestiari il·lustrat de TV3, donde disparaba a fotografías del rey emérito, de Salvador Sostres o de Fèlix Millet. Después en el Està passant, donde incluso se ha vestido de Hitler y donde a menudo desarma al mismo Toni Soler por su osadía, o irresponsabilidad, según el cristal con que se miren sus intervenciones. Pero en una cosa coinciden los unos y los otros: dice las cosas a vuelapluma. Que le pregunten a Inés Arrimadas, de quien después del paripé en Waterloo dijo: "busca que alguien le tire un cubo de mierda en la cabeza". Pero el unionismo exaltado no entiende de comprensión lectora e incluso le amenazaron: "A Arrimadas un barreño de mierda y a tí un balazo entre las cejas".

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TV3

Toni Cantó no llegó a este nivel, pero por decirle a Domínguez que  "llama a la violencia contra quien no piensa como él y será recompensado con más colaboraciones. Esta impunidad separatista tiene que acabar de una vez. 155 Ya!", se llevó una réplica de las que te dejan K.O:

A menudo Jair Domínguez utiliza, para acompañar su mordacidad tuitera o escrita, los hechos más esenciales del ser humano: miccionar, en el caso de la respuesta al diputado de Cs o alimentarse, en el caso del exministro Juan Ignacio Zoido. En un artículo escrito en la revista Esguard, el autor hacía burla de la papada del político. Un artículo evidentemente irónico, con el título "Quiero comerme la papada de Zoido", y donde escribía cosas como: "Coger un cutter y cortarle la papada en redondo. Tengo que ir con cuidado para no profundizar demasiado y seccionarle una arteria importante: sólo me interesa su papada, toda aquella grasa palpitante y jugosa. Es cierto que la podríamos hacer confitada con aceite y cebolla, pero eso nos duraría demasiado tiempo. Y yo me la quiero comer ahora".

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Revista Mirada

Evidentemente Domínguez no es Hannibal Lecter. Suponemos que prefiere unas costillitas de ternera que unos muslos humanos. Pero los ultras unionistas lo aprovechan todo, como del cerdo, para cargarle las tintas. Los diarios de Pedro J. Ramírez, Eduardo Inda, Jiménez Losantos, El Mundo, ABC... lo aprovecharon para acusarlo de antropófago y torturador. Ridículo. Y probablemente este jueves repitan. Porque aprovechando la comparecencia de Zoido en el Tribunal Supremo para declarar en el juicio al procés, Jair Domínguez no se ha podido privar de decir la suya.

ignacio zoido xavier melero

Dos palabras y una letra repetida han sido suficientes para un Jair Domínguez que demuestra que le va la marcha. ¿Qué ha escrito mientras el exministro está declarando?: "Esta papada... mmmm...":

La red se ha abonado:

Pero que nadie crea que Domínguez se ha saciado. Su ironía tiene saque para rato.