Año nuevo, vida nueva. Isabel Pantoja está cansada de que siempre se hable de ella en los medios de comunicación y se intente dañar su imagen. Las deudas la persiguen y para ello decidió abandonar su emblemática Cantora. Actualmente vive de alquiler en una lujosa casa en Gran Canaria, a pocos minutos de Anabel Pantoja. La tonadillera ya ha anunciado una gira para este 2026 por España y gran parte de Latinoamérica con la que ha anunciado su marcha de los escenarios. Quiere marcharse por la puerta grande y que esta última oportunidad para verla sirva para saldar sus deudas con Hacienda. Una vez que todo acabe quiere quedarse tranquila, sin noticias de sus hijos ni de nadie. Sola, en compañía de su inseparable hermano Agustín, y que nunca más se vuelva a hablar de ella.
A la cantante le hubiese gustado que se solucionase la relación con sus hijos, pero visto que es prácticamente imposible, no quiere sufrir más. Cree que no se lo merece. Ha cerrado la puerta a todo el mundo y ha empezado a pensar más en ella en todos los aspectos. En breve anunciará las fechas de su gira, pero en marzo tiene una fecha muy importante que no puede obviar. Está previsto que al inicio de la primavera se celebre la vista para el lanzamiento judicial de Junko, la viuda de Bernardo Pantoja, de la vivienda que okupa desde el fallecimiento de su marido.
Isabel Pantoja tiene que deshacerse de su primera vivienda
Isabel Pantoja recuperó la titularidad de la casa y tiene intenciones de hacer una pequeña reforma para adecuarla. Todavía no tiene pensado que hará con ella, pero si quiere solucionar sus deudas con Hacienda necesita quitarse patrimonio. Probablemente la vendería por unos 375.000 euros, aunque también podría ponerla en alquiler.
Es duro para ella deshacerse de algunas propiedades que han tenido un significado muy importante para ella. Allí se desarrolló la artista y fue un lugar de encuentro familiar. Esa propiedad fue la primera que adquirió con los ahorros de los primeros trabajos como cantante. Además, vivió su madre durante muchos años. Por este motivo desprenderse de esa casa será muy doloroso para ella, como también lo ha sido de Cantora, donde ha pasado parte de su vida.
Junko nunca se sintió querida por los Pantoja. Ella misma admite que la veían más como una cuidadora de Bernardo que de su pareja. “Tiene a Bernardo en la mente en todo momento, le quería muchísimo y le echa de menos cada minuto. Tiene el nombre de su marido todo el día en la boca. No ha tenido un amante en su vida. Miente quien dijo lo contrario. Lleva una existencia monacal. Creo que va a orillas del Guadalquivir y realiza ofrendas en homenaje al recuerdo de Bernardo, debe ser una costumbre ritual japonesa”, compartía un vecino.
La situación económica de Junko no es la más buena, por ello empezó a alquilar habitaciones del piso. “Mete a gente de alquiler en el piso. Alquila habitaciones. Una habitación son 500 euros dos personas”, relataba un testigo.
