La situación económica de Isabel Pantoja vuelve a colocarse en primera línea. Esta vez, no por un escándalo ni por una polémica mediática, sino por un movimiento que podría darle un respiro definitivo a sus cuentas. La artista, según Lecturas, ha decidido volver a los escenarios con una gira internacional que, si todo sale según lo previsto, permitirá que Hacienda recupere, por fin, la deuda que la cantante arrastra desde hace años. Una deuda que ha condicionado su vida, sus decisiones y su carrera. Y que ahora encara una posible solución.

La tonadillera ha pasado los últimos meses en Canarias, alejada del ruido y preparando su regreso con una mezcla de prudencia y determinación. No es una gira cualquiera. Es la gira del 50 aniversario, un recorrido emocional que combina celebración y necesidad. Y es, también, la llave con la que Isabel Pantoja podría abrir la puerta a una estabilidad económica que lleva demasiado tiempo sin conocer.

Isabel Pantoja
Isabel Pantoja

Isabel Pantoja vuelve a los escenarios a razón de 180.000 euros por concierto

El acuerdo inicial contempla cuatro conciertos: uno en Chile y tres en Estados Unidos. Cada actuación está remunerada con 180.000 euros libres de impuestos, una cifra que ha sorprendido incluso dentro del sector. La artista no oculta que persigue un objetivo mayor: alcanzar al menos diez recitales en el continente americano. Esa decena de fechas le permitiría superar los dos millones de euros en ingresos. Una cantidad que no solo cubriría su deuda con la Agencia Tributaria, sino que le devolvería una tranquilidad que parecía inalcanzable.

Las negociaciones para ampliar la gira siguen en marcha. Países como Colombia, Costa Rica, Puerto Rico, Argentina y México estudian fechas, horarios y recintos. América vuelve a abrirle los brazos, como ya lo hizo en los años de gloria. Pero esta vez, el viaje llega con condiciones estrictas impuestas por ella misma, según señala la fuente.

Isabel Pantoja concierto EFE
Isabel Pantoja EFE

Exigencias de diva

Pantoja exige viajar exclusivamente en avión privado, concretamente un Gulfstream G650, en todos los desplazamientos. También ha pedido alojarse solo en hoteles de cinco estrellas, con una suite para ella y dos junior para su equipo más cercano. A esto se suman una dieta diaria de 300 euros y la presencia permanente de un representante de la promotora en cada ciudad de la gira. No son caprichos. Son normas diseñadas para mantener el control en una travesía que ella percibe como vital.

Detrás de cada concierto hay algo más profundo. No solo canta para el público. Canta para liquidar cuentas pendientes. Con Hacienda. Con su pasado. Con ella misma. La artista es consciente de que cada fecha es un paso hacia un cierre que lleva demasiado tiempo esperando. Y sabe que, si lo logra, será una forma de redención.