Iñaki Gabilondo es un campeón del periodismo. Un 'txapeldun', que dicen en el País Vasco. No parece que haya nadie con dos dedos de frente que lo pueda rebatir, a menos que lo haga por intereses particulares, absolutamente alejados del sentido común. Del juicio, con mayúsculas. 'Seny',en català,  una palabra que va ligada a la trayectoria del donostiarra, con más de 50 años explicando la vida, la política y los acontecimientos cotidianos y extraordinarios que hemos vivido a lo largo de esta etapa. Y va ligada, además, a los orígenes catalanes de Gabilondo: su madre es Pujol, de familia de Horta de Sant Joan. Es por eso que Iñaki también es catalán, y se siente en casa cuando nos visita. Lo acaba de hacer para ser galardonado con la 'txapela' del Sagardi, un grupo de restauración vasco con 25 años de historia en Catalunya, y que desde hace unos años premia a personalidades vascas y catalanas que destacan por su talento, tenacidad, prestigio y sobre todo, por ser personas con mayúsculas, como explica Iñaki López de Viñaspre, propietario del grupo. Gabilondo inscribe su nombre en una nómina de categoría: Buenafuente, Arzak, Arteta, Karra Elejalde, Jon Sistiaga... La elección del periodista vasco, toda una institución y un ejemplo de diálogo, de valentía, de periodismo auténtico y de tozudez es muy acertada: Siempre escoge las sendas menos cómodas pero más honestas con la información. Y no hay mejor manera de agasajar a un maestro como Iñaki que hacerlo con aquello que vascos y catalanes disfrutamos con intensidad: la cocina, la buena mesa, y los 'txuletones' que se han zampado en el restaurante del grupo en el Museo de Historia de Catalunya. Gabilondo, hijo de carniceros, lleva la carne en las venas, y sabe tanto o más que de periodismo. Una ocasión inmejorable para hablar, aprender y desear que los medios del estado tuvieran más Iñakis y menos... bien, menos de todos aquellos que ustedes conocen.

Iñaki Gabilondo Iñaki López de Viñaspre Sagardi Jokin Buesa

Iñaki Gabilondo Iñaki López de Viñaspre Grup Sagardi / Jokin Buesa

P: Hijo predilecto de Donostia con orígenes catalanes, de familia carnicera, tozudo, reflexivo, valiente y referente del periodismo. Suponemos que te sientes plenamente identificado.

R: Bueno, uno lleva 50 años en esta profesión y ha pasado por todo tipo de situaciones... sí, me siento identificado. Primero, la txuleta. Mis padres tenían una carnicería en el mercado de la Bretxa, en Donostia, así que este asunto lo tengo insertado en vena. Además, mi segundo apellido es Pujol, de Horta de Sant Joan. Por este lado también me siento perfectamente integrado y bien rodedo. Además los antecesores en este premio (Karra Elejalde, Évole, Buenafuente..) son amigos, o casi, y a todos les tengo una gran admiración. Todos ellos han remado contracorriente, una característica que destacan a la hora de entregar este premio.Y formar parte de este elenco me honra y me representa.

P: Que esta cita tenga lugar en el Museo de Historia de Catalunya no es un detalle menor. Catalunya y España viven un momento decisivo de su historia. El conflicto es evidente, y da la impresión que desde el periodismo, en vez de favorecer los planteamientos de entendimiento, vivimos en un escenario de trincheras. Quizás no es tu caso, pero: ¿El periodismo está colaborando a enquistar la situación?

R: Son momentos de confusión, cierto, y algunos asuntos son objetivamente de extraordinaria complejidad, que deberían ser mirados con precaución. Si trazas trincheras, alambradas, si llenas de minas los lugares por los que hay que pasar con cuidado, a los que habría que acercarse con cabeza, sentido común y humildad, pues tienes muchas posibilidades de salir volando, arañado y hecho papilla. El momento que vive Catalunya y España requiere cautela y compartir miradas: Mil ojos enfrentados sobre un tema así, con mil soluciones relámpago, son un problema. Las trincheras y las alambradas no ayudan, solo a caer y herirnos. Y en el periodismo, como en la vida, hay de todo, pero efectivamente hay dramatizadores profesionales. Hay gente que ha venido a complicar más todavía la situación, y hay otros que intentan otras vías. No me gusta generalizar, ni todos los periodistas se han portado igual, ni todos los políticos se han portado igual, ni toda la sociedad ha actuado igual. Pero sí, hay una tendencia a no aplicar aquello que una situación como esta necesitaría: calma y serenidad. Y esto lo lamento mucho.

P: Recordamos un discurso que pronunciaste en el año 2010 en Madrid, cuando fuiste galardonado con el Premio Blanquerna de la Generalitat de Catalunya. Era la época del MHP José Montilla, y veníamos del revuelo del Estatut. Allí dijiste dos cosas de gran valor y vigencia: una, el "estimo mucho a Catalunya". La otra, que no se estaba tratando con respeto a un territorio como el catalán. ¿Lo ves así?

R: Bueno, lo que dije es que me sorprendía que me premiaran por "el respeto con el que Iñaki trata a Catalunya". Qué mérito tiene? Pienso que el respeto es exigible, en todos los ámbitos de la vida. Y supuse que si premiaban por ello, consideraban que había otros que no los estaban tratando con ese respeto que yo aplicaba. Esa era mi sorpresa, como si te premian por ducharte todos los días. No lo entendía. Pensé: "debéis estar padeciendo muchas señales de no respeto, cuando lo estáis premiando". Y sí, actualmente sigue existiendo mucha falta de respeto. Por todas partes. Hemos de recuperarlo, respetar las intensidades emocionales de la gente. Y entrar como un elefante a una cacharrería, a insulto limpio, no resuelve el problema.

Iñaki Gabilondo Sagardi Jokin Buesa

Iñaki Gabilondo / Jokin Buesa

P: Esta sensación de que Catalunya no es respetada todavía persiste. Mucho más si hablamos del independentismo. La sensación de agravio de una parte importantísima de la sociedad no ha disminuido. Y la sentencia al Procés no ha hecho sino agudizar esa percepción.

R: Bueno, a mi me sorprende la sorpresa de aquellos que pasaron por el banquillo de los acusados. En todos los lugares del planeta hubieran terminado frente al juez para ser sentenciados de una forma u otra, después de proclamar la Ley de Transitoriedad Jurídica o la Declaración Unilateral de Independencia. Me llama la atención. Dicen que la democracia española es imperfecta, y lo será, pero señálame la más perfecta y seguro que allí también hubieran acabado en los tribunales. Lo he hablado con muchos amigos independentistas, y me sigue sorprendiendo.

P: En Catalunya, sin embargo, se percibe este agravio por la imposición de penas muy duras por parte de jueces que no tendrían que solucionar un problema político. Eso duele, Iñaki. La justicia no tendría que ser eso.

R: Eso es otra cosa. Los tribunales no tienen que hacerle el trabajo, y efectivamente lo que ha pasado aquí es la patente demostración del gran fracaso de la política. Este proceso debería haberse gestionado de otra manera, pero las decisiones tomadas llevan a la justícia, te pongas como te pongas. Eso sí, querer arreglarlo por la vía judicial no tiene ni pies ni cabeza.

P: Y como vasco universal y de raíces catalanas, estimándola como lo estimas y habiendo vivido los peores años del conflicto en Euskal Herria: ¿Qué te parece el discurso de criminalización del independentismo político?

R:  No me gusta. No digo que la gente observe las situaciones con preocupación, y que señale o avise que "no vayamos a acabar mal", pero establecer comparación con el drama vivido y provocado por ETA durante 50 años, con el espanto que ha producido, me parece una frivolidad. No hagamos esas comparaciones porque son una ofensa para las miles de víctimas, muertos, extorsionados... cuidado, ¿eh? No hagamos esas comparaciones, sobretodo para jugar a la política, para tirar hacia un lado

Iñaki Gabilondo Sagardi Jokin Buesa

Iñaki Gabilondo Sagardi Jokin Buesa 4

Iñaki Gabilondo Sagardi / Jokin Buesa

Palabra de Iñaki. Desde la discrepancia absoluta con los postulados de aquellos que quieren marchar de España, pero ofreciendo el diálogo que otros niegan. Diálogo y verdad. De esta pasta están hechos los líderes. Lástima que quieran apartarles para pasar el altavoz a crispados irresponsables. Zorionak, felicidades, txapeldun.