Muchos y muchas consideran que los futbolistas, por multimillonarios, no pueden tener problemas. Sin embargo, no dejan de ser personas corrientes, con sus pensamientos, deseos y miedos. Y algunos tampoco escapan a los problemas mentales. Andrés Iniesta o Bojan Krkic han hablado abiertamente de ello. Y también Iker Casillas. Lo hizo en el programa "FC Oporto en casa" del canal de Youtube oficial del equipo portugués. La que es una de las grandes leyendas del fútbol español, habló con total sinceridad sobre los meses más duros de su vida.
El exguardameta del Real Madrid, del Oporto y de la Selección Española vivió un punto de inflexión en mayo de 2019, cuando sufrió un infarto durante un entrenamiento. Un suceso que conmocionó al mundo del deporte y que cambió para siempre su forma de ver la vida. “Durante meses tuve miedo a dormir. Miedo a cerrar los ojos y no despertarme”, confesó en una entrevista para el canal oficial del Oporto.

El infarto fue un punto de inflexión para Iker Casillas
Aquel día, su vida se detuvo. Casillas tuvo que enfrentarse a un enemigo invisible: el miedo constante a que todo se repitiera. “Pasé semanas sin poder caminar con tranquilidad. No quería hacer ejercicio. Me daba miedo cansarme”, explicó. Su recuperación fue lenta, tanto física como emocionalmente. Pero fue también el inicio de una nueva etapa.
“Ahora estoy fuerte. Me encuentro incluso mejor que antes. Pero soy más consciente de lo que tengo”, aseguró. Esa experiencia extrema lo obligó a bajar el ritmo, a valorar los detalles pequeños y a cuidar su mente tanto como su cuerpo. “A veces los jugadores vivimos tan rápido que no apreciamos lo que tenemos. Hasta que algo te golpea y te cambia para siempre.”
Casillas reconoce que, desde aquel episodio, sigue un tratamiento médico y que su vida está marcada por una rutina diferente. “Tomo mi medicación todos los días. Es lo que me mantiene bien. Pero también es una forma de recordarme que debo cuidar mi salud por encima de todo.”

Nadie escapa a los problemas mentales
El exfutbolista quiso aprovechar su experiencia para visibilizar los problemas de ansiedad y salud mental en el deporte. Al igual que hicieron Iniesta o Bojan, Casillas no dudó en hablar de lo difícil que es pasar del ruido de los estadios al silencio de la incertidumbre. “Cuando todo se para, tienes que aprender a convivir contigo mismo. Y eso no es fácil.”
Hoy, a sus 44 años, Iker Casillas lleva una vida tranquila. Alejado de los focos, disfruta de sus hijos y de sus proyectos personales, aunque sigue vinculado al fútbol desde otra perspectiva. “El fútbol me dio todo. Pero también me enseñó que no somos invencibles. Que un día puedes estar levantando una copa y al siguiente luchando por tu vida.”
Casillas resumía su lección vital en pocas palabras: “Ahora valoro cada día. Cada conversación. Cada respiración. Porque entendí que la salud lo es todo. Sin ella, no hay títulos, ni dinero, ni fama que valgan.”