Hoy es un gran día para muchos culés que, como servidor, ya que el Barça ya no juega la Champions, nos gustaría que quien la ganara fuera el Manchester City del mejor entrenador de la historia, Pep Guardiola. Y es un gran día por muchos motivos: porque su equipo se clasificó ayer por la noche para las semifinales de la competición donde se las verá con el Real Madrid, pero también, porque la manera como quedó eliminado su rival de anoche, el Atlético de Madrid, fue probando de su propia medicina. Resulta hilarante ver quejarse a los jugadores y aficionados del conjunto colchonero de cómo los jugadores ingleses perdían tiempo en las postrimerías para mantener el 0 a 0. Para no hablar de la ración doble de palomitas que hubo en casa al ver un Cholo Simeone desencajado, aplaudiendo con ironía las pérdidas de tiempo mirando hacia el banquillo del City y espoleando al público a hacer lo mismo. Al entrenador del Atlètic le podríamos decir muchas cosas, pero nos viene a la cabeza una: lecciones, las justas. Que venga él y los atléticos, que basan su modus vivendi en el juego subterráneo, en poner el autobús, en que no se juegue a nada, que dar lecciones al resto, es para reír. A llorar a la llorería.

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Cholo Simeone / Europa Press

Lo que tendrían que haber hecho, viendo como con un juego ofensivo sometieron el City en la segunda parte, que las pasó canutas, tendría que haber sido jugar así, o intentarlo como mínimo, tanto en el partido de ida como en el primer tiempo, y quizás les hubiera dado para eliminar a los ingleses. Pero claro está, el Cholo tenía un plan. Pues el plan les ha dejado sin Champions un año más, como siempre. Si has jugado de manera miserable durante 135 minutos, ahora no te quejes. Hay, sin embargo, una corriente de odio indisimulado hacia el técnico de Santpedor y el juego vistoso que él propone. Como pasa con Xavi ahora, que ayer dijo una verdad como un templo: a él y a los culés no nos sirve ganar 1 a 0 al final sin jugar bien. Es la diferencia entre el Cholo, que dice que para él lo básico es "ganar" y lo que pregonó Cruyff, que antes de la final del 92 hizo mítico aquel "salid y disfrutad". Quien no vea la diferencia, ya se apañará.

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Pep Guardiola / Europa Press

En la capital cuece de mala manera todo lo que propone Guardiola. A la mínima que pueden, sulfuran bilis y menosprecian lo que él hace. Josep Pedrerol, siempre enarbolando la bandera dispuesto a tirar por el suelo el guardiolismo, evidentemente, empezó así su programa de ayer:

Escuchar el partido en la Cadena COPE también fue curioso, para decirlo suavemente. Constantes comentarios despreciando la propuesta del entrenador catalán ("estos son los limpios ingleses, estos que van de guays por la vida, que hablan de los sucios españoles, están jugando como se ha jugado en la prehistoria, que luego no se quejen, el Cholo aplaudiendo, aplaudan, aplaudan"), referencias a sus palabras sobre la prehistoria y calladitos, riendo las gracias y sin condenar cuando los aficionados del Atlètic, estos que según él, fueron un ejemplo, nunca dejes de creer, y milongas como estas, aplaudiendo al final del partido, pues estos mismos aficionados, antes, empezaron a cantar tranquilamente "Guardiola, hijo de p***". Creen que en la COPE lo condenaron?... Uno escaso: "Están diciendo Pep Guardiola hijo de tal... Simeone le hace el gesto con los deditos de pajarito de 'ahora no hablas, ahora no hablas'"... A la red ya no le sorprende:

Aaaiii, cómo se les ve el plumero a más de uno. Cómo rabian y no condenan que los aficionados insulten a Guardiola, como justificando que se lo pueda insultar porque ha osado perder tiempo su equipo... Pues esperen porque ahora toca el Real Madrid y los altavoces de la prensa de Madrid ya están calentando a base de bien.

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Pep Guardiola / Instagram

Guardiola, maravilloso, para hacernos disfrutar del fútbol que pregona y para hacer que los hiperventilados de Madrid echen fuego por los ojos.