Ilia Topuria no puede más. Hace varios meses que se habla de una posible ruptura entre el luchador y su mujer, madre de su segunda hija. Parece que la relación no ha funcionado y ambos habrían decidido romper el noviazgo para no hacerse más daño. Se han analizado con lupa cada uno de sus movimientos. Cuando se han dejado de seguir en redes sociales o cuando han borrado las fotografías juntos.

Tras varios meses de especulaciones, Ilia Topuria ha emitido un comunicado en el que denuncia extorsiones por parte de la madre de su hija. Hace dos semanas que anunció que se retiraba temporalmente de la competición por problemas en su vida personal y legal. Está viviendo una situación muy complicada. En el durísimo comunicado denuncia presiones, amenazas y un presunto intento de extorsión por parte de su expareja.
Ilia Topuria ya ha puesto todo en manos de sus abogados
El boxeador asegura que durante varios meses ha sido objeto de “situaciones y presiones intolerables”, acompañadas de la amenaza de difundir falsas acusaciones de maltrato a cambio de dinero. Según el luchador, este relato se sostiene a través de “grabaciones de vídeo, audio y mensajes” que han sido entregados a la justicia.
Desde que se hizo público que Ilia y Giorgina se habrían separado, Topuria entró en una espiral destructiva con una gran perjudicada, su hija pequeña. No tuvo más remedio que anunciar su marcha temporal del ring para solucionar sus problemas personales y que no afectasen a su rendimiento. Renunció a una de sus mayores ofertas. “Quiero centrarme en mis hijos y resolver esta situación lo antes posible”, escribió entonces, sin dar más detalles. Poco después se confirmó la ruptura entre ambos.
Harto de las presiones, Topuria ha roto su silencio en un comunicado, y aunque no pone nombres ni apellidos, todos saben hacia quien va destinado. “La verdad solo tiene un camino: los hechos”, escribe el deportista, que afirma haber puesto toda la documentación a disposición judicial. También insiste en que nunca ha ejercido violencia y apela a sus valores personales: “respeto, disciplina y honestidad”. “Mi verdad no necesita gritar; solo necesita ser escuchada”, concluye.
