La plantilla del FC Barcelona puede presumir de tener a las mejores jugadoras del planeta. Los resultados deportivos lo avalan; dos Champions League en 2 años no se consiguen con futbolistas irrelevantes. Siempre hablamos de Alexia Putellas, de Aitana Bonmatí, de Mapi León, de Hansen, Pina o Patri Guijarro. Pero el fondo de armario de Jonathan Giráldez es excelso. Como tener a Fridolina Rolfö en tu equipo, eso es un lujo. Desgraciadamente, la sueca no ha podido empezar la temporada por una lesión en la rodilla. Tiene el menisco hecho polvo: las molestias no eran nuevas, pero su esfuerzo durante el mundial de Australia y Nueva Zelanda hizo que la rodilla derecha dijera basta. Se ha operado y el tiempo de recuperación todavía es una incógnita. Mientras está fuera de combate, Frido no pierde el tiempo, disfrutando de una de sus pasiones: Catalunya.
La escandinava, que llegó en el verano de 2021 a Can Barça, no ha dejado de descubrir el país desde el primer día. El Tibidabo o el Parc Güell en Barcelona, Sitges, la montaña de Montserrat, Calella de Palafrugell... Siempre encuentra un nuevo destino para hacer una excursión e imbuirse del encanto del territorio catalán. Este pasado fin de semana, por ejemplo, ha hecho un recorrido muy interesante y goloso: comer en el restaurante Cúpula del Garraf, y paseo por la Cala Cap Roig, entre Platja d'Aro y Calella. Lo hacía muy bien acompañada, con su inseparable chico, Simon Skott. ¿Quién es Simon? Intentamos descubrirlo.
El crush rubio, alto y guapo de la Rolfö es un asistente de ventas que no ha dejado de acompañarla durante su carrera deportiva. Fridolina ha jugado en tres países; su Suecia natal, Alemania y desde hace un par de temporadas, Catalunya. Se conocieron pocos meses antes de que la jugadora fichara por el Bayern de Múnich, en 2016. No se pierde los partidos de su amada, de hecho es sufridor por naturaleza: "Él es el nervioso de los dos", declaró durante la Eurocopa de Inglaterra, en 2022, tal y como leemos en newsbeezer.com. Durante este pasado mundial estuvo en la grada, consolando a Frido cuando quedaron eliminadas en semifinales contra España.
Simon tiene la suerte de poder compaginar su profesión con el de su pareja gracias al teletrabajo, convirtiendo su casa de Castelldefels en su oficina particular. El fútbol es, evidentemente, un tema recurrente en el hogar. Rolfö: "Simon se vio obligado de manera contundente a participar de este estilo de vida, pero por suerte es un amante de los deportes. Además, trabaja en la industria y conoce muy bien el mundo del fútbol". Hace unos días asistieron al Estadi Olímpic para ver en directo el partido del Barça masculino contra el Sevilla, disfrutando de la victoria local. ¿Qué harán cuando acabe la etapa de jugadora de élite de la sueca? Seguramente, tener hijos. No lo descartan. Ojalá que lo hagan en Catalunya, porque ya son de los nuestros.
