Eran otros tiempos, otra Jennifer Aniston y otro Brad Pitt. La historia, que parecía sacada de un cuento de hadas, se desmoronó con una frase que, a 20 años del escándalo, resuena como una ironía cruel del destino. Aniston, aun creyendo firmemente en la solidez de su matrimonio, se topó en un aparcamiento con la mujer que, sin saberlo, le arrebataría al amor de su vida. Allí, frente a frente con Angelina Jolie, la protagonista de “Friends” lanzó una frase tan amable como devastadora en retrospectiva: “Brad está muy emocionado de trabajar contigo. Espero que lo pasen genial”.

En aquel momento, Aniston era la esposa legal y estaba profundamente enamorada de uno de los actores más codiciados del mundo. Jolie, por su parte, se preparaba para coprotagonizar con Pitt la cinta que cambiaría la vida de todos: Sr. y Sra. Smith. Lo que parecía un simple saludo de cortesía se convirtió con los años en una especie de presagio sombrío. ¿Inocencia o intuición? El tiempo terminó por responder.

Jennifer Aniston frente a la sombra de Angelina Jolie: el inicio de una guerra mediática

Lo que siguió fue una de las separaciones más comentadas en la historia del espectáculo. En enero de 2005, Jennifer y Brad anunciaban su ruptura, y apenas unos meses después, los rumores de un romance entre Pitt y Jolie eran imparables. Sin embargo, la elegancia con la que Aniston enfrentó el escándalo sorprendió al mundo. En una entrevista exclusiva para Vanity Fair, se limitó a decir: “Elijo creerle a mi esposo. A esta altura, nada me sorprendería, pero prefiero creerle”. Aún con el corazón hecho trizas, Jennifer evitó atacar directamente a Angelina.

Pero los hechos hablaron por sí solos. En 2006, Jolie confirmaba que esperaba un hijo de Brad, y el relato oficial de que su historia de amor había comenzado después del divorcio se vino abajo. El famoso equipo “Team Jennifer” emergió con fuerza, señalando a Angelina como la tercera en discordia, mientras que el “Team Angelina” la defendía como una mujer que simplemente se enamoró. En aquel entonces, medios, fans e incluso algunas celebridades tomaron partido, y lo que empezó como un romance de cine se convirtió en una verdadera guerra de fandoms y titulares polémicos.

El recuerdo que no se borra: un encuentro, una frase, un final

Aniston confesó años después que aquella única vez que vio a Angelina fue precisamente antes de que todo comenzara a derrumbarse. La escena, descrita con una calma perturbadora, ocurre en un aparcamiento cualquiera, lejos de los reflectores, pero cargada de simbolismo. Una mujer que confiaba en su matrimonio se acercó con una sonrisa, sin saber que le hablaba a su futura sustituta.

Esa frase, que en cualquier otro contexto sería trivial, se convirtió en el eco más doloroso del quiebre. "Espero que lo pasen genial", dijo sin sospechar que lo pasarían tan bien que construirían juntos una familia de seis hijos, una boda en un viñedo francés y una década de aparente estabilidad… que terminaría, también, en divorcio, disputas legales y reproches públicos. Y mientras el mundo intentaba digerir lo sucedido entre Brangelina, la figura de Jennifer Aniston emergía como la gran víctima del melodrama más famoso de Hollywood. Incluso hoy, con su carrera en pleno auge gracias a ‘The Morning Show’ y lejos de los escándalos, la sombra de ese encuentro sigue persiguiéndola.