Jaume Madaula es uno de los mejores actores jóvenes del país, muy conocido gracias a TV3 y sus seis temporadas en el culebrón La Riera. Ahora con 36 años es Mario en la película Mario que llega este viernes a los cines del director Guillem Miró. Madaula es el protagonista en un film muy coral. Con motivo del estreno ha cometido una excentricidad en él: conceder una entrevista, a Vilaweb, y abordar aspectos profesionales y sobre todo personales. Como superó un cáncer a los 27 años, cuando le diagnosticaron un linfoma de Hodgkin. Su vida es ahora un oasis de paz lejos de Barcelona, no quiere decir el pueblo: "Yo vivo por allá arriba entre Girona y Figueres. Tengo la capacidad de vivir con muy poco dinero, y eso me da mucha libertad. Si pudiera, no trabajaría, aunque después me lío con cincuenta mil cosas: el huerto, reconstruir la casa, teatro, audiovisual… Pero, al final, entre dormir, comer, echar una siesta, arreglar la casa, hacer el huerto… Ya se te pasa el día, ¿eh?". Cuida el huerto, echa la siesta, arregla su casa y hace de actor: "Con una amiga decidimos montar la cooperativa la Silvestre. Dentro de poco estrenaremos nuestra primera obra, que se hará en cementerios, porque va sobre la muerte". Audaz, original e intenso. Se agotarán las entradas en el cementerio.
Madaula es muy telegénico, poco convencional, con mesas en el escenario, elige papeles poderosos, es popular pero no muy amigo de exponerse a entrevistas o a Instagram. EN Blau publicó en exclusiva que fue hace tiempo novio de la actriz del momento Vicky Luengo, con quien compartió teatro, la obra Plastilina, y escenas de La Riera. Eran pareja sentimental en todas partes, en la vida real, en la tele y en el teatro. Icónicos de su generación, actores de nuevo estilo, más hippy y menos alfombra roja. Ahora cada uno hace la suya. Jaume es sobrino del actor consagrado Ramon Madaula pero no coinciden en estilo de vida ni políticamente: "En el ámbito político y vital diferimos mucho, y nos hemos discutido mucho por estas cosas". Se quieren y llevan la interpretación en la sangre. Jaume Madaula decidió dejar Barcelona y elegir mucho en la TV porque era demasiado intenso y no disfrutaba de ser reconocido en la calle o que le pidieran selfies cuando estaba de fiesta en la Patum de Berga: "Salir cada día en la televisión… No era tanto por el trabajo en sí, que era con un muy buen horario y un equipo muy bonito, sino porque entonces te ibas con los amigos a la Patum y todo el mundo te paraba. Eso no me motiva. El punto de inflexión fue cuando me compré una furgoneta y me fui a ir a hacer el hippie, a viajar. Después, además, vino el cáncer y, evidentemente, me hizo replantear cosas. Los primeros años iba a toda pastilla: grababa las mañanas en la televisión, por la tarde iba al Institut del Teatre, hacía obras con mi compañía y con las que me contrataban… Me quemé".
Ahora vive en el pueblo y está recuperado del cáncer: "Ahora ya hace casi diez años y ya solo me hacen controles una vez al año". No necesita millones de seguidores en Instagram, premios ni portadas de revista. Jaume Madaula, actor.
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