Mario Biondo no termina de descansar en paz. La familia del cámara está dispuesta a demostrar que su hijo no se suicidó, sino que lo asesinaron. Raquel Sánchez Silva se pone de nuevo en el foco mediático tras el estreno del nuevo documental de Netflix sobre la muerte del italiano, una producción que se encuentra en el número uno de la plataforma en streaming. Según los padres de Biondo, Netflix ha hecho un intento por limpiar la imagen de la conocida  presentadora, algo que también piensan el forense Lluís Duque u Óscar Tarruella. Los dos han intentado desmentir con pruebas las afirmaciones del documental.

Óscar Tarruella lleva años ayudando a los padres de Mario Biondo aportando pruebas que desmontarían la versión del suicidio. En su última publicación en redes sociales enseña dos escalofriantes fotografías donde demostraría como se estranguló al joven cámara. "Cuando se ejecuta una estrangulación completa a lazo como la que le practicaron a Mario Biondo, las laceraciones en la cara anterior del cuello son evidentes y de tracción bidireccional, quedando envidenciada también la posterior. Si además el ejecutor la realiza con los brazos en paralelo al cuello, las lesiones no se suelen evidenciar en la parte lateral del cuello cuando el cuerpo es hallado muchas horas después de la ejecución. Su cuerpo muestra lesiones perimortem, por cierto. Ahora vengan doctors honoris causa que nunca han levantado un finado en su vida, y menos ejecutado a lazo". 

Las fotografías que Netflix no ha querido enseñar 

El documental de Netflix ha evitado enseñar unas comprometidas fotografías donde cobraría fuerza la teoría del ex policía judicial. Con el permiso de los padres del italiano, hace unos días, Óscar las hizo públicas y daba más detalles. En ellas se puede ver la marca en el cuello. "Esta imagen puede herir su sensibilidad, pero no me queda más remedio. Esta foto de la parte posterior del cuello de Mario sólo es compatible con una estrangulación completa mediante la técnica de lazo y por ende se trata de una ejecución". 

Han pasado 10 años del fallecimiento del cámara y el tema está más vivo que nunca, y es que los progenitores de Mario no piensan descansar hasta que se demuestra la verdad.