Elon Musk ha encendido el debate mundial con una afirmación que parece sacada de una película de ciencia ficción. Según el fundador de Tesla, SpaceX y xAI, “la vida es parte de una simulación imposible de distinguir de la realidad física”. Una idea tan provocadora como fascinante, que ha hecho temblar los límites entre lo real y lo virtual.

Durante su participación en el pódcast La Experiencia de Joe Rogan, el magnate sudafricano-canadiense de 54 años explicó su teoría con la seguridad de quien está acostumbrado a desafiar lo establecido. “Como en Matrix, podría ser que nada de lo que percibimos sea verdaderamente físico”, aseguró Musk.

El empresario basa su convicción en una idea desarrollada por el filósofo Nick Bostrom: la teoría de la simulación. Según esta hipótesis, una civilización lo suficientemente avanzada podría crear simulaciones tan detalladas que serían indistinguibles de la realidad original. En ese escenario, los seres humanos podríamos ser personajes dentro de un gigantesco programa informático, creyendo que nuestra existencia es tangible cuando en realidad somos código.

Elon Musk

Elon Musk no descarta estar viviendo en una especie de Matrix

Musk no afirma tener pruebas, pero tampoco lo niega. Lo considera una posibilidad científica plausible. “No hay manera de demostrar que no vivimos en una simulación”, explicó. Y añadió una idea aún más inquietante: “La única regla para evitar que la simulación se cancele es mantenerla interesante. Si se vuelve aburrida, terminará”.

Para ilustrar su pensamiento, Musk recurrió a su propia experiencia en SpaceX. “Antes de lanzar un cohete, ejecutamos miles, a veces millones de simulaciones”, detalló. “Lo hacemos para analizar cada variable, cada fallo posible. Y priorizamos las simulaciones más interesantes, las que tienen mayor potencial de éxito”. Si la humanidad, dijo, aplica el mismo principio, no sería descabellado pensar que nuestra realidad podría ser una simulación avanzada creada por otra inteligencia.

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Musk aborda este tipo de temas con total naturalidad. No los presenta como fantasías, sino como hipótesis científicas legítimas. Para él, cuestionar la naturaleza de la existencia no es un ejercicio filosófico, sino una necesidad tecnológica. “La inteligencia artificial está evolucionando más rápido que nuestra comprensión de la realidad”, advirtió. “Si nosotros ya simulamos mundos digitales, ¿por qué asumir que no formamos parte de uno mayor?”.

El propósito de la simulación es no saber que lo es”, concluyó Musk entre risas, dejando en el aire una pregunta que nadie ha podido responder: ¿y si la realidad que habitamos no fuera más que una ilusión perfectamente programada?