Elizabeth Berkley tenía apenas 16 años cuando su rostro empezó a aparecer en todas las carpetas escolares de Estados Unidos. La joven actriz, hoy con 53 años, se convirtió en un fenómeno nacional gracias a Salvados por la campana, aquella sitcom ligera que marcó a toda una generación. En su adolescencia, entre rodajes y estudio, vivió también su primer gran amor: una relación con su compañero de reparto, Mark-Paul Gosselaar, que muchos fans de la serie aún recuerdan con nostalgia.
El éxito televisivo le abrió la puerta al cine. Y ahí llegó el giro inesperado de su vida: Showgirls. Lo que debía ser su salto definitivo al estrellato terminó convirtiéndose en uno de los episodios más duros de su carrera. El filme cumple ahora 30 años y se ha convertido en objeto de culto, pero en su estreno fue masacrado. Crítica, taquilla y prensa coincidieron en ensañarse con la actriz, que apenas cobró 100.000 dólares por un papel que le costó caro a nivel personal y profesional. Incluso circularon rumores sobre una supuesta relación con el director, Paul Verhoeven, que ella nunca alimentó.
Cuando mira atrás, Berkley confiesa que estuvo convencida de que su carrera había terminado. En una entrevista reciente con The Hollywood Reporter, reveló que lo peor no fueron los chistes crueles sobre su físico ni la burla pública, sino el veto: dos años sin que le permitieran presentarse a una sola audición. Una condena silenciosa en una industria que presume de modernidad, pero que no perdona cuando eres joven, mujer y te atreves a romper moldes.
Aun así, hubo algunos nombres poderosos —Luc Besson, Milos Forman y Oliver Stone, entre ellos— que no se sumaron a la lapidación. Gracias a ese pequeño apoyo, consiguió un papel secundario en El club de las primeras esposas (1996), una bocanada de aire en un momento crítico.
Greg Lauren es sobrino del diseñador de moda Ralph Lauren
En el terreno personal, su vida dio un vuelco cuando conoció a Greg Lauren, actor y artista, sobrino del diseñador Ralph Lauren, uno de los grandes magnates de la moda. La química surgió en una clase de baile y, dos años después, en 2002, la pareja se dio el “sí, quiero” en Cabo San Lucas. El vestido, por supuesto, fue obra del célebre modisto. En 2012 nació su hijo, Skye Cole, quien se convirtió en su prioridad, motivo por el que Berkley espació sus trabajos durante la década siguiente.
Aun así, nunca dejó de estar presente. En televisión destacó en CSI: Miami interpretando a Julia Winston, un personaje que los fans de la serie recuerdan bien. Su proyecto más reciente llegó hace apenas unas semanas: All’s Fair, la nueva apuesta de Ryan Murphy en la que comparte reparto con nombres tan mediáticos como Kim Kardashian, Glenn Close o Sarah Paulson.
Lejos de los focos, Berkley dedica tiempo a causas que le importan de verdad: el activismo medioambiental, la defensa del vegetarianismo y proyectos solidarios con los más vulnerables. Quizá no tenga la carrera que Hollywood prometía cuando era una adolescente, pero sí algo mucho más valioso: la vida que ella misma eligió construir.