La ultraderecha española tiene un nuevo enemigo a abatir: David Simon. El periodista norteamericano, que es también el creador y productor de las series de éxito The Wire y Treme, hace días que se ha convertido en el azote de los franquistas en Twitter. Discusiones encarnizadas en la red social del pajarito que tienen el origen en un tuit de Pablo Iglesias. El vicepresidente del Gobierno alabó hace una semana el trabajo del estadounidense dirigiendo La conjura contra América, una miniserie sobre el colaboracionismo con los nazis en los EE.UU., basada en la novela homónima de Philip Roth: "Nunca decepcionan", escribía el dirigente de Podemos. Unas palabras de admiración que han desatado una oleada de reacciones en forma de ataques contra el escritor de Washington y él mismo, de parte de los detractores de Iglesias y defensores de la dictadura de Franco. Pero Simon no se muerde la lengua, y aunque en un principio no entendía ninguno de los mensajes que le llegaban, ahora se dedica a responder con contundencia a los insultos que recibe de la extrema derecha españolista.

"Tengo el Twitter lleno de franquistas y catalanes que se gritan mutuamente en idiomas que no son el mío. De acuerdo. Es 1937 otra vez. Que se jodan los fascistas. No pasarán", sentenciaba en un primer momento. Después de esta declaración de intenciones, el pasado sábado, Simon se ha tomado todo el tiempo que necesitaba para mandar a hacer puñetas a cada uno de los ultraderechistas que reventaban de rabia. Que si Franco trajo 40 años de paz a España, que si los fascistas en realidad son los indepes enfrentados a los "ciudadanos españoles que respetan la ley"... El periodista pone los puntos sobre las íes a todos los que intentan aleccionarlo con una visión sesgada de la historia. "Cuarenta años y tu país todavía no puede honrar y excavar las tumbas sin nombre de miles de desaparecidos y asesinados. Si un único juez lo intenta, los franquistas ponen mala cara para dejar el pasar estar. Qué jodida paz", apunta. Recuerda también que "había alemanes (en la época nazi) que cumplían las leyes. Envolverse en la legalidad vigente no denota tener moral o no tenerla". Y añade que "la primera vez que vea un catalán coger una urna, lanzar a la gente a los lados y llevársela", en referencia a la violencia policial contra los votantes del 1-O, reflexionará seriamente sobre el tema. "Hasta entonces, siempre iré con las personas que quieren contar votos", sentencia entre vivas también a la 5.ª Brigada del ejército republicano que combatió en la Guerra Civil.

Cuando le preguntan el nombre de un catalán asesinado por las autoridades españolas por el simple hecho de serlo, Simon no duda: "Lluís Companys". Y cuando le espetan que el franquismo no intentó exterminar a los catalanes y que en Catalunya la población se dividió en los dos bandos durante la guerra, también tiene la respuesta a punto: "Una patria, un estado, un caudillo. Creo que este era el credo de Franco entre 1936 y 1940. El regionalismo y las autonomías estaban en su punto de mira, así como la república que lo garantizaba. Que los catalanes estuvieran divididos en la guerra no rebate los intentos franquistas".

Un pim pam pum que parece que no se tenga que acabar nunca, porque cada vez que escribe aparecen más contestaciones en su perfil. Aunque se lo toma con humor. Después de que la ultraderecha lo haya puesto a parir, espera que algún catalán se lo agradezca con "un vermú y un plato de boquerones en la puerta del aeropuerto de Barcelona". Sólo hace falta que diga el día y la hora en que aterriza en el Prat. Más de uno estaría dispuesto a hacer realidad su deseo de recibirlo con un buen aperitivo.