'Gandhi' (1982) fue la película que marcó el exitoso comienzo de Danny Day Lewis, uno de los mejores intérpretes de la historia. Al menos, así parece después de haber ganado tres premios Oscar por 'Mi pie izquierdo' (1989), 'Pozos de ambición' (2007) y 'Lincoln' (2012). Lo que no supo evitar fue el escrutinio que desató siendo figura pública, algo con lo que no pudo hacer las paces. Por eso terminó aislado, aprendiendo un oficio completamente distinto y bajo la tutela del mayor experto del mundo. ¿De qué se trata? Te contamos. 

Un Oscar es el máximo reconocimiento que puede conseguir un actor. A algunas estrellas se les acaba la vida aspirando un solo premio Oscar. Tener más de 1 no es cosa de suerte, más bien, es casi imposible. Solo 3 celebridades han logrado ganar 3 estatuillas. Y, si bien Jack Nicholson y Walter Brennan encabezan la lista junto a Danny Day Lewis, sus casos son particulares. Nicholson ha sido premiado en 2 oportunidades a mejor actor y la tercera vez por mejor actor de reparto. Brennan, por su parte, se ganó el trono al mejor actor secundario de todos los tiempos. 

Solo Day-Lewis tiene 3 Oscars por ser el mejor actor. Esta retahíla de reconocimientos resulta poco para un actor de método que hizo hazañas extremas. Entre las que destacan: vivir meses en la naturaleza alimentándose de su propia cacería, andar exclusivamente en silla de ruedas para emular a la perfección a un enfermo o adentrarse en la vida de un boxeador profesional. El costo de la perfección es tan elevado que, tras 'El hilo invisible' (2017), decidió vivir como un ciudadano más. Uno de los aspectos más curiosos es cómo se alejó del glamour hollywoodense para ser aprendiz de un gran maestro. 

Danny Day Lewis pasó de ser un actor reconocido a zapatero

Cansado del escrutinio público, y de tener que atravesar una depresión cada vez que terminaba una producción, decidió darle rienda suelta a un deseo completamente diferente. Se retiró a Florencia para hacer zapatos con el gran Stefano Bemer. “Es un antídoto para esta otra cosa que hago (actuar)”, le explicó en una oportunidad a la revista Rolling Stone. “Sobre todo, quizás, porque ves esta prueba visible, tienes algo tangible al final y si fallas, puedes verlo muy claramente y volver a hacerlo. No es una cuestión de opinión. O es bueno o es malo”, la fabricación de calzado es muy distinta a la industria del séptimo arte. 

Entre 1997 y 2002 estuvo comprometido con otro tipo de arte, el de confeccionar zapatos. Esta es una actividad extraña para alguien que tenía numerosos premios e incontables elogios por su carrera artística en la gran pantalla. Sin embargo, meterse en la piel de un zapatero le dio la oportunidad de volver a tener estabilidad emocional. El trabajo manual era algo que le había gustado desde la juventud, puesto que también había aprendido carpintería y experimentado esa faceta a fondo. Hoy en día se sabe poco o nada de Danny Day Lewis, se retiró en 2017 con su familia. Algunos medios apuntan que vive como cualquier mortal en Dublín.