Pocos saben la verdadera historia de Cristóbal Colón y sus intenciones, y a día de hoy no hay nadie para aclarar si realmente es una persona a la que hay que aclamar u odiar. Según la historia oficial, o la que todos conocen, era un marinero. Desde adolescente se aficionó al mar y empezó a enrolarse como grumetes en una embarcación. Participó en la flota genovesa que salió a defender la Isla de Quíos, asediada por los turcos. Allí fue donde los genoveses adquirieron la goma. También era almirante, cartógrafo y explorador. A este navegante se le conoce oficialmente en los libros de historia por descubrir América un 12 de octubre de 1942, lo que se conocía como “el Nuevo Mundo”.

Cristobal Colon
Cristobal Colon

Cristobal Colón era descrito como un hombre de piel blanca, mediana estatura, con el rostro alargado, mejilla prominentes y fuerte. Tenía el cabello rubio, aunque ya le empezaron a aparecer las primeras canas a los 30 años. Su nariz era aguileña y prominente y tenía los ojos azules. En su forma de vestir iba en su siglo, siempre muy señorial y con ese aire de marinero. Pero nunca se ha hablado de un dato curioso, y es que entre las personas de su época que tuvieron el placer de conocerle en persona, se decía que tenía fama de mal olor.

Cristobal Colón no se duchaba en la travesía 

En la época de Colón, XV, la higiene personal era un lujo al alcance de los más pudientes. No todas las familias podían ducharse con regularidad. Además, hubo una época en la que ducharse era visto como un riesgo para la salud. Se difundió ese rumor. Durante el tiempo que permaneció navegando en busca de ese nuevo mundo, abriendo una nueva ruta comercial entre Europa y Asia, los marineros se duchaban poco porque los vienes de primera necesidad eran escasos. Había que racionar agua y alimentos, podía pasar cualquier cosa. Es cierto que los marineros se daban un chapuzón en el mar con agua salada. Tenían la ropa húmeda, los días interminables bajo el sol…

Según varios historiadores expertos en Cristobal Colón es cierto que el navegante desprendía un olor corporal bastante fuerte, especialmente en los últimos años de vida donde su salud se vio muy mermada. Padeció gota, artritis, incluso sífilis, aunque solo son teorías de ciertos investigadores. No hay nada que lo corrobore.

Una información más que hace que aquel marinero idealizado baje de ese pedestal.

Cristobal Colon
Cristobal Colon