La Queens League es la versión femenina de la competición futbolística puesta en marcha por Gerard Piqué y un grupo de streamers top, la famosa Kings League. Los clubs son los mismos en hombres y mujeres, con una diferencia notable: la mayoría de jugadoras son catalanas. No importa que el equipo se llame Ultimate Móstoles, Jijantas o Rayo de Barcelona, si repasan las alineaciones comprobarán que es así. Donde se ve y se escucha más claro, en todo caso, es sobre el césped del Cupra Arena. ¿Un pabellón ubicado en...? Sí, en Barcelona. En la capital de Catalunya. El país donde se habla catalán, siempre que no nos riñan o nos tapen la boca por hacerlo. Cosa que pasa a menudo, desgraciadamente.

Durante las dos jornadas de liga Queens el idioma que más se oye antes, durante y después de los partidos es uno. Ni el castellano, ni el inglés, ni el chino. No, es el del país que acoge la competición y también el de su fundador Piqué. Qué cosas, ¿no? Un Gerard que, siempre buscando espectáculo e innovación con las reglas y las características del juego, colocó micrófonos y cámaras a los árbitros. Así se pueden oír las conversaciones y maximizar la experiencia del espectador. Algunos diálogos hubiera sido mejor no oírlas, sin embargo. Destilan catalanofobia, imposición, complejos y estrategia. Y no es la primera vez, lo sufrimos el día del estreno.

Gerard Piqué Twitch
Gerard Piqué / Twitch

Catalanofobia durante un partido de la Queens League de Piqué

Si entonces el problema fue la entrevista a la mejor jugadora de uno de los partidos, ahora la cosa va más allá. La escena tenía lugar durante el enfrentamiento entre las Rayo de Barcelona y las Kunitas del Kun Agüero. Una falta en medio campo sobre una de las mejores futbolistas, Laura Marcet del Kunitas, detiene el juego. Le han hecho daño, se queja del dolor. La árbitro (catalana, seguro) no saca tarjeta, pero se interesa por su estado. "¿Necesitas asistencia?" Laura, entre el sufrimiento y la mala leche, le espeta "no és targeta? Si em va al peu! Què no ho veus?" No hay respuesta durante unos segundos, pero de golpe se oye una orden: "Habla en castellano, habla en castellano". El rictus de la lesionada y de las compañeras cambia a alucinación. Mientras se levanta se acerca Jou, colega del equipo. Reclama otra falta, también en catalán: ""I la primera que em posa el peu a la cara, tampoc?" Más silencio extraño y, cuando se disuelve la reunión, vuelve a oírse la voz: "Acuérdate de hablar en castellano".

Árbitro Queens League Youtube
Catalanofobia en la Queens League / Youtube

El atropello al catalán, en directo en la Mediaset de Ana Rosa Quintana

Ni comentaremos el escándalo surrealista de prohibir quejarse en tu lengua durante la disputa del juego. Es impensable en otros deportes, en otros idiomas y en otras dimensiones paralelas. Pero saber de quien era esta voz es interesante de averiguar. ¿Era de la colegiada que cumplía algún código de conducta interno? ¿Otra jugadora haciendo de comisaria lingüística? ¿O se estaban colando órdenes directas de la cúpula? En todo caso el resultado es el mismo: el catalán se prohíbe en la Queens League, en la Kings y en este fenómeno seguido por la juventud. Se envía un mensaje diáfano y triste. El episodio de la pancarta del Camp Nou nos avisó a pesar de la rectificación posterior: somos de segunda. Y que se repita coincidiendo con la retransmisión en directo por Cuatro, cadena de la nueva Mediaset de Ana Rosa Quintana, todavía añade más picante. No es excusa, todo lo contrario. Como tampoco eso de la "audiencia es latinoamericana". ¿Qué pasa, es que los catalanes no merecen respeto? Intuimos la respuesta, no nos gustará y habla de dinero. De followers. De negocio. El enfado y la indignación es brutal. "Ni puta gracia", que diría AR.

Entrenar 3 veces por semana, jugar un partido con centenares de miles de espectadores y patrocinadores a porrillo y cobrar 300€ al mes es un paquete que compensa poco. Que encima te impongan en qué idioma tienes que hablar, de celebrar o de llorar de rabia, ni de broma. No vamos bien.