La periodista y escritora Carme Chaparro acaba de comprobar en primera persona que las redes te pueden dar sorpresas, como mínimo, inquietantes. La autora de No soy un monstruo o La química del odio quizás no ha llegado hasta el punto de odiar, pero sí que se ha incomodado notablemente con una experiencia en Instagram.
El mensaje de la camiseta de Chaparro dice "Ten cuidado o acabarás en mi novela". Pues ahora la presentadora de Noticias Cuatro debe pensar "Ten cuidado o acabarás en mi publicidad". La periodista acaba de comprobar qué pasa cuando tenemos curiosidad por algo en la red. Seguro que muchos de ustedes han buscado información sobre este o aquel producto y después les llega publicidad del producto en cuestión por tierra, mar y aire. Chaparro se quería comprar una crema facial canadiense. Para recordar el nombre, hizo una foto. Pero después se olvidó de la crema porque tenía que escribir un artículo. ¿Qué se encontró cuando entró posteriormente en Instagram? Una publicidad. De crema facial. Exactamente, de la marca que ella había fotografiado.
Me acaba de pasar algo bastante extraño (abro hilo). Hace cosa de una hora le hecho una fotografía a una crema facial que me quería comprar (luego no hay quien se acuerde de los nombres, así que foto al canto y listo). Es de una marca aún muy poco conocida. Canadiense.
— Carme Chaparro (@CarmeChaparro) Augusto 6, 2018
Pues total, que hago la foto y a los dos segundos me olvido. Me he puesto a escribir la columna de @yo_dona y se me ha ido la cremita de la cabeza. ¿Sabéis qué me encuentro al entrar en Instagram?
— Carme Chaparro (@CarmeChaparro) Augusto 6, 2018
Una publi. No de una crema facial. O de cualquier producto de esa marca (tienen una veintena en la web). No. Me encuentro una publi de ese mismo tarro que había fotografiado una hora antes.
— Carme Chaparro (@CarmeChaparro) Augusto 6, 2018
El hallazgo ha irritado a Chaparro, que se pregunta si "¿Usa Instagram el acceso que le doy a mi carrete para hacer algo más que subir las imágenes que le digo? ¿Escanea sin permiso mis fotografías? ¿Qué hace con ellas?".
No había hablado con nadie. Ni nombrado la crema. Estaba sola. Cogí un bote vacío. Lo fotografié. Y ya.
— Carme Chaparro (@CarmeChaparro) Augusto 6, 2018
En un mundo donde vivimos, rodeados de inputs comerciales, el hecho de tomar conciencia de esta exposición de unas fotos privadas para que cualquier marca entre en nuestras redes ha sorprendido a una Chaparro a quien enseguida se han sumado muchos usuarios tan o más indignados que ella a la hora de quejarse de esta publicidad:
A mi me ha salido publicidad en Instagram en mi teléfono de cosas que ha mirado mi pareja en su teléfono. Privacidad a tope
— Patricia (@Patriciablse) Augusto 6, 2018
Es una buena historia (para una novela) una empresa desarrolladora de alguna app que hiciera chantaje a toda la humanidad. ¡Nos tienen cogidos uno por uno!
— Eugeni Alemán (@EugeniAlemany) Augusto 6, 2018
Sí y no sólo éso. Igual estás hablando en persona con alguien, sin tocar el móvil, habláis de una marca, un cantante, un deporte... y el móvil lo capta. Pones IG o YT y empiezan a aparecer contenidos relacionados con lo que has dicho. No pasa siempre pero pasa.
— Vix (@DeathByPizza_) Augusto 7, 2018
Has oído hablar del bigdata? Pues ya sabes lo que es. Y encima les haces ganar dinero. Esto tendrá que acabar algún día.
— Manel Bondia (@ManelBondia) Augusto 6, 2018
Estamos vigilados y espiados constantemente por todas las apps q nos han pedido permiso para acceder a ... TODO!!
— LaBicho (@brizna68) Augusto 6, 2018
Que estos días Chaparro no mire la serie Black Mirror, porque todavía se sorprenderá más con lo que puede llegar a pasar en un futuro no muy lejano. Por cierto, queda la curiosidad en saber si la presentadora compró finalmente la crema facial o no.