Tita Cervera y Borja Thyssen vuelven a estar enfrentados. El movimiento de la baronesa, ofreciendo una entrevista al programa 'Espejo Público' de Antena 3, ha tensado las siempre complicadas relaciones familiares. Carmen, de 80 años, anunció el enésimo cambio de testamento. El control del legado multimillonario de la Thyssen, más de 1.000 millones de euros, ya no será de Borja. Sus hermanas gemelas, polémicas por el sencillo hecho de haber nacido por vientre de alquiler y de donante de esperma nunca aclarado, son las reinas del imperio. Una de ellas, o Carmen o Sabina. La sucesora. La manera, el momento y el propip contenido de la intervención de la de Sant Feliú de Guíxols ha provocado un ataque de nervios a Borja; el enésimo y quizás definitivo feo de su madre.

Que Borja no le gustó nada la entrevista lo demuestra la escena que protagonizó hace unos días, mientras visitaba una cara joyería de la Milla de Oro de Madrid. Iba con dos tipos más, tan pijos como él, cuando fue asaltado por una reportera. Borja, acostumbrado a convivir con la prensa, los fotógrafos y las preguntas indiscretas, reaccionó con una carrera invadiendo la calzada, en busca de un taxi para largarse de allí. El problema no es que el exheredero calle, tampoco que suba a un coche y desaparezca del mapa. La cuestión son las formas. Los aspavientos no son un indicativo de normalidad, de paz ni de entendimiento fraternal. Más bien indican un estado de alteración que, claro, es muy goloso para la prensa del corazón.

Tita, quien pasó las fiestas de Navidad con Borja y su detestada nuera Blanca Cuesta en Suiza, ha mantenido en secreto su intención de hacer cambios en la administración de su patrimonio. Se ha guardado la exclusiva para Susanna Griso, cosa que, evidentemente, ha sulfurado a su descendiente. Hacer público, o sencillamente insinuar una decisión de esta trascendencia en un programa de televisión es el peor favor que le puede hacer. Consciente de la mala leche que le había provocado, salió al día siguiente de la emisión a matizar y rebajar la trascendencia de la bomba. Una cosa habitual en Tita, que se suelta en las entrevistas, pero después siempre tiene que recular. Sea ella misma o sus abogados, al final siempre acabamos de rebajas con sus testimonios. "Se van a repartir las cosas como está acordado con Borja", ha dicho. Tenía que calmar a su hijo furioso.

borja thyssen y hermanas GTRES
Borja Thyssen, con las hermanas / GTRES

La periodista Laura Fa asegura haber hablado con Borja, quien ha confirmado el mal rollo: "Está cabreado, no se esperaba estas declaraciones, ni algunas cosas que ha contado". En el mismo programa también se ha apuntado que resulta sorprendente la aparición de Carmen, bajando el suflé. Debe ser que ya no quiere guerras como las de antes, que busca una transición tranquila. Pero claro, está tan entrenada para ser cañera e ir a cuchillo, que pierde la perspectiva rápidamente, y suelta verdades inconfesables con alegría. Griso ha recordado estas dificultades: "La guerra fue tremenda, no recuerdo nada parecido... Era guerra abierta". No escarmientan. Tenemos una nueva batalla a la vuelta de la esquina. Quizás la definitiva.

Borja Thyssen GTRES
Borja Thyssen / GTRES