Son momentos difíciles para Arantxa Sánchez Vicario, que si no fuese por el cariño de sus hijos se encontraría completamente sola. La Fiscalía pidió condenar a la ex tenista y a su exmarido, Josep Santacana, a cuatro años de cárcel por un supuesto delito de alzamiento de bienes al presuntamente esconder su patrimonio a través de un testaferro para evitar pagar al Banco de Luxemburgo una deuda de 7,5 millones de euros. Este martes ha arrancando el juicio contra ambos y continuará hasta el viernes 15.

Arantxa Sánchez Vicario confesó a ‘El País’ su situación actual. "Rezo a menudo. Y voy a poner una vela para que esto salga bien". Asegura que su prioridad son sus hijos.  "Mi vida está volcada en ellos. Lo son todo para mí, son lo que me hace seguir adelante". Arantxa, la hija mayor, tiene 14 años, y el más pequeño, Leo, 11.

Arantxa Sánchez Vicario efe
Arantxa Sánchez Vicario efe

Arantxa Sánchez Vicario mantiene a sus hijos con la ayuda de sus amigos 

La ganadora del Ronald Garros culpa a su exmarido de su desastrosa situación económica. "Estaba enamorada. Confié en mi exmarido y me he visto inmersa en esta situación. Mi error, como he dicho otras veces, fue enamorarme. Confié en la persona que tenía al lado, en mi marido, y me la jugó. No voy a tirar la toalla. No lo hice en la pista y no lo haré ahora”.

Y ha confesado que tiene que pedir ayuda a sus amigos para mantener a sus hijos. "Doy clases particulares de tenis y, en ocasiones, me contratan para ayudar en la organización de torneos, o como comentarista. Estoy haciendo un esfuerzo económico brutal, que seguiré haciendo toda mi vida. Saco adelante a mis hijos gracias, también, al dinero que me dejan los amigos. Con eso voy tirando". 

Arantxa Sánchez Vicario juzgados efe
Arantxa Sánchez Vicario juzgados efe

Es probable que Arantxa llegue a un acuerdo con la Fiscalía con tal de librarse de prisión. En 2021 presentó un escrito ante el juez donde culpaba a Josep Santacana de incitarla y manipularla a ocultar parte de sus bienes. En este sentido, el fiscal detalla que la tenista actuó "bajo las consignas de su marido" una vez se le notificó la reclamación de la deuda en julio de 2010.

Según Josep, rechazó ser el administrador de la fortuna de Arantxa. Alegó que solo cobró unos cheques, alguna exclusiva de la prensa del corazón y enseñó una de sus casas a una inmobiliaria; también llegó a asegurar que su mujer tenía todavía la "pasta" en Suiza.

Y respecto a su divorcio, está siendo más peliagudo que el de Cristina e Iñaki, tras cinco años separados aún no han llegado a un acuerdo de divorcio.