Antonio Tocornal, autor de Árida y ganador de varios premios de relato, habló con franqueza sobre una de las grandes contradicciones del mundo editorial: la mayoría de quienes viven de la literatura no son los escritores. “En este sector todos acaban su jornada y cobran su nómina: el editor, el impresor, el librero, el distribuidor… todos viven del trabajo del autor. Menos el autor”, lamentó.
“Publicar un libro es un alivio, no un negocio”
El escritor explicó que detrás de cada libro publicado hay un entramado profesional que se sostiene sobre el esfuerzo creativo de quien escribe.
“Nos hemos acostumbrado a que el autor se conforme con la palmadita en la espalda. Hay muy pocos autores en España que puedan vivir de la literatura”, aseguró.

Tocornal defiende que escribir no es un pasatiempo, sino una profesión que requiere disciplina y excelencia. “Publicar un libro es un alivio, no un negocio. La mayoría lo hacemos por necesidad interior, sabiendo que económicamente será ruinoso”, apuntó. En su caso, comenzó a escribir “con cuarenta y muchos”, y ha logrado reconocimiento crítico, pero no estabilidad económica.
El gaditano reivindicó además la importancia del estilo y de la calidad literaria frente a las modas del mercado. “Las editoriales venden lo que la gente quiere leer, no lo que debería leer. Y el autor que busca la excelencia suele quedarse fuera del circuito comercial”, afirmó. En su opinión, la búsqueda de la voz propia debería pesar más que las cifras de ventas: “Si no has buscado la excelencia, no busques un corrector".
Tocornal considera que la precariedad del oficio también se agrava por la falta de unión entre los propios escritores. “Ojalá las regalías fueran justas, pero los autores no se van a unir. Cada uno va a lo suyo”, admitió. Pese a todo, dice seguir escribiendo por convicción: “Me afecta poco el éxito y demasiado el fracaso, pero lo importante no es el dinero el día que te mueras, sino haber tenido tiempo para hacer lo que amas".