Anne Igartiburu es sinónimo de televisión. Es al cara visible de TVE  y la reina de las campanadas aunque Cristina Pedroche quiera acaparar protagonismo a través de vestidos transparentes. Presentar un exitoso programa del corazón durante más de dos décadas ha hecho de ella todo un icono y ha llenado su bolsillo.

El año pasado se decía que entre la sociedad que preside y su empresa de publicidad tendría unos activos de más de seis millones de euros, agrupando varias propiedades de la comunicadora vasca. Una lista de casas que es bastante importante, teniendo una mansión en cada puerto casi: dos en Andalucía, una en la Moraleja de Madrid y otra en su localidad natal. 

Pero la vida no sólo le va bien en el ámbito profesional y económico. Hace tres años que Igartiburu está casada con Pablo Heras, un director de orquesta que la tiene enamoradísimo. Forman una de las parejas más consolidadas del panorama después de cinco años juntos y un hijo. De hecho, siempre que los fotógrafos los pillan acaban haciendo las delicias de los medios haciéndose caricias y confidencias.

 

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Y esta semana lo han vuelto a evidenciar. La complicidad de la pareja ha sido evidente una vez más al aparecer juntos al partido de tenis de Rafa Nadal en el Mutua Madrid Open.

Durante todo el rato estuvieron haciéndose fotos con el móvil, sonriendo y dándose besos: "Cuando estás en el lugar exacto... qué bueno ver a Rafa Nadal tan cerca y tan número 1", compartía en Instagram.

Anne Igartiburu y marido GTRES

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Su hijo Nicolás se ha sumado a las dos niñas adoptadas de la presentadora, Noa y Carmen, y a otra joven india que vive con ellos pero todavía no han podido adoptar: "Las tres son las guías de mi vida, mis maestras... me cuidan mucho", decía en la última entrevista con Bertín Osborne. Parece que la vida no le puede ir mejor a la presentadora.