En Can Barça tuvo un papel ejemplar. Hizo de capitán, siempre discreto, de la cantera de toda la vida, culé como el que más, y un jugador que sin ser una superestrella, cuando se vestía la camiseta azulgrana y salía a defender sus colores sobre el césped, siempre lo daba todo. Autor de uno de los goles más icónicos de la memoria colectiva culé, el 6 a 1 contra el PSG de la remontada, Sergi Roberto siempre será, como se dice ahora, uno di noi. Y nunca mejor dicho, porque hace tiempo que el de Reus habla italiano, ya que fichó por el Como después de dejar el Barça.

El conjunto de la Lombardía, de la mano de Cesc Fàbregas en el banquillo, está haciendo muy buena temporada en la Serie A. Un Como donde Sergi Roberto aporta su experiencia y veteranía y donde siente que todavía puede dar cuerda. El único pero es que está lejos de su familia (más allá de su propia familia que ha formado con su mujer Coral Simanovich y sus cuatro hijos, Kaia, Dylan y los gemelos May y Luca), por ejemplo, de su hermana, a la que adora y con la que se complementan, se entienden, se quieren y se necesitan desde que nacieron. Sergi y Anna, dos hermanos que siempre están el uno para el otro cuando uno de los dos lo necesita, que son clavados y guapísimos ambos, y que ahora se acaban de reencontrar una vez más.




Y lo han hecho por un motivo de peso. La hija mayor de Sergi y Coral, Kaia, acaba de soplar velas, acaba de cumplir años, concretamente el pasado día 8 de noviembre, y los tíos (y el primito) de la protagonista no han querido perderse esta celebración de cumpleaños, de los 6 años que ha cumplido Kaia. Un motivo más que suficiente para que Anna, la hermana mayor, que le lleva tres años a Sergi, acompañada de su hijo, hayan cogido un vuelo hacia Milán, que está a tres cuartos de hora de Como, para ver a su hermano, su cuñada y los sobrinos. Un encuentro maravilloso, disfrutando de paseos por las ciudades italianas, de la fiesta, del pastel, de la pizza y sobre todo, de la alegría inmensa e incomparable de abrazar a la familia, ponerse al día y emocionarse en la mejor de las compañías.




Felicidades a la pequeña Kaia y a la familia Roberto Carnicer, una familia que se quiere, y que juntos afrontaron la dolorosa muerte hace pocos años de la madre de Anna y Sergi.