Aunque su rostro permanece lejos de las cámaras y su vida se desarrolla en la más estricta intimidad, Andrea Janeiro vuelve a copar los titulares. ¿El motivo? El reparto de la herencia de su padre, Jesulín de Ubrique, un tema que ha desatado un auténtico terremoto mediático. A pesar de la frialdad pública que siempre ha marcado su relación, la hija de Belén Esteban tiene derecho, por ley, a dos terceras partes del patrimonio que el torero deje al fallecer. Y eso incluye, nada menos, que la emblemática finca Ambiciones, símbolo de los años dorados del diestro.

La legislación española es tajante: ningún padre puede desheredar a sus hijos sin una causa justificada y judicialmente probada. Por tanto, ni los silencios ni los desprecios pueden alterar el destino legal de una fortuna que hoy se estima en varios millones de euros. La pregunta que flota en el aire es demoledora: ¿está preparado el clan Janeiro para ver cómo la hija mayor de Jesulín, con quien apenas tiene trato, se convierte en una de las grandes beneficiarias de su legado?

Andrea Janeiro

Un patrimonio de lujo: propiedades que enriquecen la herencia

La figura de Belén Esteban, siempre combativa, no ha tardado en emerger en este nuevo capítulo del drama familiar. Aunque la colaboradora de ‘La familia de la tele’ ha asegurado que su hija no necesita nada de su padre, las dudas y los rumores no se han detenido. Muchos ven en sus palabras una estrategia para desviar la atención, porque está claro que Andrea, guste o no, tiene derecho a su parte de la herencia. Y ese legado no solo es sentimental, sino también material, como la finca Ambiciones, valorada en unos cinco millones de euros. Construida en los años 90, en pleno apogeo mediático de Jesulín, Ambiciones es mucho más que un hogar de lujo; fue el escenario donde el torero vivió sus días más extravagantes y polémicos.

Belén Esteban / Gtres

Pero la fortuna de Jesulín no termina en Prado del Rey, Cádiz. El torero ha sabido diversificar sus activos y blindar su economía con una red de negocios que sorprende incluso a los más escépticos. Desde su negocio de gasolineras, gestionado a través de la sociedad Taurovox SL, hasta Correcostas 122 SL, especializada en actividades recreativas, el torero ha tejido un entramado empresarial valorado en más de 800.000 euros.

Andrea Janeiro, en medio de la tormenta mediática

Además, posee otras propiedades que completarían el millonario paquete de herencia: una vivienda en la lujosa urbanización Arcos Gardens, valorada en un millón de euros, y la casa rural El Torero, una residencia de alquiler vacacional que reporta ingresos constantes. Todo esto, por supuesto, entra en el saco del reparto hereditario. Y aunque Jesulín intentase maniobrar para proteger estos bienes a favor de sus hijos menores con María José Campanario, la ley lo impide.

Andrea Janeiro, que ha optado por una vida discreta y alejada de los focos mediáticos que sí atrapan a su madre, ha terminado en el epicentro del huracán mediático. Sus derechos son irrefutables, pero la carga emocional que arrastra su apellido podría pesar más que cualquier cifra en euros. El dilema es evidente: ¿aceptará Andrea el legado millonario de un padre ausente o renunciará, tal como sugiere Belén Esteban, a una herencia manchada por el dolor? Solo el tiempo lo dirá.