La imagen de Ana Rosa Quintana siempre genera conversación, pero en los últimos años el asombro se ha disparado con la periodista que, a sus 69 años, luce una energía, una frescura y una vitalidad que muchos destacan como casi inalterables. Y ahora, por fin, ha explicado cuál es la base real de ese cuidado tan visible: una alimentación profundamente natural, centrada en frutas y verduras, que se ha convertido en su fórmula irrenunciable para sentirse bien.

Una rutina que cambió tras su cáncer

Y es que la presentadora no oculta que su vida dio un vuelco después de superar el cáncer que padeció en 2021. De este modo, empezó a escuchar más a su cuerpo, a priorizar aquello que le daba calma y salud, y a dejar fuera todo lo que le restaba bienestar. Desde entonces, caminar a diario y practicar yoga se han vuelto un refugio imprescindible, un momento de equilibrio mental que la acompaña esté donde esté.

Ana Rosa   Gtres
Ana Rosa Gtres

La realidad es que este nuevo enfoque no solo ha transformado su rutina, sino también su relación con la alimentación. Ana Rosa lleva tiempo apostando por una dieta basada en productos frescos, limpios y vegetales, una forma de nutrirse que, según ella misma cuenta, le ha devuelto la fuerza y la sensación de ligereza que necesitaba. Nada de artificios, nada de excesos ni ultraprocesados, solo comida real y descanso consciente.

La piel, otro pilar que cuida con dedicación

Y es que el paso del tiempo se puede aceptar, pero también se puede acompañar con cuidados que suman. La periodista siempre ha mostrado interés por el cuidado de la piel, y en más de una ocasión ha enseñado en sus redes algunas de las firmas cosméticas que utiliza. Su objetivo no es esconder su edad, sino mantener su rostro descansado y luminoso, algo que, a simple vista, consigue sin dificultad.

En este sentido, no es un secreto que ha recurrido a tratamientos como el bótox para suavizar ciertas zonas, sobre todo la frente, donde apenas se le marcan arrugas. No lo oculta y no lo dramatiza: forma parte de ese pacto personal que ha hecho consigo misma para envejecer con estilo, sin estridencias y sin obsesiones.

Así pues, Ana Rosa Quintana construye su juventud a su manera: comiendo natural, cuidando su cuerpo, mimando su piel y manteniéndose fiel a ese blanco que tanto la representa y que parece acompañarla en cada renacer. Una forma de vivir que, lejos de ser un secreto milagroso, es la suma de constancia, calma y una mirada serena hacia el futuro.