Hay regresos que no se anuncian a gritos, pero se sienten como un trueno. El de Amaia Montero a La Oreja de Van Gogh es uno de ellos. Llevaba años flotando en el ambiente, en forma de deseo colectivo, de conversación entre amigos, de nostalgia mal disimulada. Y ahora, por fin, empieza a tomar forma real. Amaia ha vuelto. Y no parece un simple gesto puntual para cantar cuatro himnos y despedirse otra vez, aparca sus rencillas con el grupo y vuelve a formar parte de 'La Oreja' tras su fracaso en solitario.

La pista definitiva ha llegado sin grandes artificios. Un vídeo breve, casi íntimo, compartido desde la cuenta oficial del grupo. Una sola palabra acompañándolo: “grabando”. Y ahí están. En un estudio. Juntos. Amaia frente al micrófono, diecinueve años después de aquel adiós que marcó a toda una generación. No hace falta más. En apenas unos segundos se intuye complicidad, naturalidad y esa química que nunca se fabrica: o está o no está.
'La Oreja de Van Gogh' de gira este 2026 con Amaia Montero
El impacto ha sido inmediato. Las redes se han llenado de mensajes cargados de emoción, muchos escritos desde el recuerdo de adolescencias, primeros amores y canciones que son banda sonora vital para millones de personas. No es solo entusiasmo por volver a verlos en directo; es la sensación de que algo se ha recolocado en su sitio. De que la historia, de alguna manera, continúa.
“Esto suena a algo grande”, “se me ha puesto la piel de gallina”, “necesitamos escucharos ya”, repiten los seguidores. Comentarios que no hablan solo de música, sino de memoria emocional. Porque La Oreja de Van Gogh con Amaia no es un grupo más: es una etapa de vida para muchos.
El pasado 15 de octubre fue cuando el propio grupo decidió dejar de jugar al despiste y confirmar lo que ya era un secreto a voces. Lo hicieron con un comunicado tan cuidado como sincero, en el que hablaban de volver al local de ensayo, de cerrar los ojos y sonreír al comprobar que todo seguía ahí. De meses en San Sebastián escribiendo canciones nuevas y revisitando las antiguas. Sin prisas, sin presión, sin necesidad de demostrar nada.
También aclararon un punto importante: Pablo Benegas sigue formando parte del proyecto, aunque no estará sobre el escenario. Tras tres décadas de carretera, ha optado por parar y dedicarse a otras facetas de su vida. Una decisión asumida desde el respeto y el cariño, sin dramas ni rupturas.
Lo que empieza ahora no es una vuelta atrás, sino una etapa distinta. Más madura, más consciente y, quizá por eso, más ilusionante. Amaia Montero y La Oreja de Van Gogh se han reencontrado cuando ambos están preparados para hacerlo. Y si algo deja claro este regreso es que hay historias que no se cierran del todo… solo esperan el momento adecuado para volver a sonar.
