Pocos saben que Alejandra Onieva, actriz consolidada y cuñada de la marquesa Tamara Falcó, arrastra un dolor que marcó su infancia para siempre: la pérdida de su hermano gemelo, Carlos, cuando ambos apenas tenían siete años. Un suceso desgarrador que transformó el núcleo de una familia que, con el paso de los años, acabaría siendo perseguida por la prensa del corazón. Aunque su nombre aparece con frecuencia en revistas de sociedad, ya sea por rumores amorosos con Iker Casillas o por su pasado con el actor Sebastian Stan, lo cierto es que detrás de esa fachada discreta hay una mujer que ha vivido más tragedias de las que jamás ha confesado ante las cámaras.

Una infancia marcada por la tragedia y la determinación artística

Nacida en Madrid en 1992, Alejandra Onieva Molas creció en el seno de una familia acomodada, pero el confort material nunca pudo mitigar el dolor de una pérdida irreparable. Carlos, su hermano gemelo, falleció a causa de una meningitis fulminante, un golpe que rompió la inocencia de una infancia aparentemente ideal. Esa herida silenciosa fue, en gran medida, la que moldeó su carácter sereno y su tendencia a protegerse del mundo exterior. Frente al sufrimiento, Alejandra encontró refugio en los escenarios. A espaldas de sus padres, comenzó a hacer castings con apenas 18 años, mientras estudiaba Publicidad y Moda en la Universidad Villanueva. La vocación por la interpretación, lejos de ser un capricho juvenil, se convirtió en una vía de escape emocional y, más adelante, en su carrera profesional.

De protagonista en telenovelas a estrella internacional: la ascensión de Alejandra

El punto de inflexión llegó en 2011, cuando fue seleccionada para interpretar a Soledad Castro en El secreto de Puente Viejo, donde permaneció durante más de 700 episodios. Aquella telenovela fue el trampolín perfecto para quien, con disciplina férrea, estaba dispuesta a demostrar su valía más allá del apellido. Desde entonces, Alejandra ha transitado con éxito por producciones como Alta Mar (Netflix), Presunto Culpable y Las Pelotaris 1926. Incluso ha conquistado mercados internacionales como el italiano y el mexicano, y se prepara para su próximo proyecto: Hotel Costiera, una ambiciosa serie de Prime Video rodada en la glamorosa costa amalfitana.

Pero mientras su carrera avanzaba con paso firme, su vida personal era sometida a una vigilancia insaciable. La relación con Sebastian Stan, actor de Hollywood, la colocó en el radar internacional. Su posterior ruptura, entre rumores de distancia y presión mediática, confirmó que la fama puede ser una jaula de cristal. El ascenso de su hermano, Íñigo Onieva, al altar con Tamara Falcó, en julio de 2023, no hizo más que avivar los focos sobre su figura. Alejandra pasó de ser "actriz reconocida" a "cuñada de la marquesa de Griñón", un rol que jamás solicitó, pero del que no ha podido zafarse.

Durante la mediática ruptura de su hermano con Tamara y la posterior reconciliación, Alejandra mantuvo un silencio elegante, solo roto por su gesto de pedir a los medios que dejaran en paz a su familia. No se dejó arrastrar por el morbo, ni alimentó titulares, incluso cuando los rumores la vinculaban a Iker Casillas en medio del escándalo. Su mensaje fue claro: "no voy a hablar de Tamara", dejando en evidencia su rechazo a convertirse en un personaje de la crónica rosa.