En julio de 1997 un programa llegó a los televisores de todos los hogares catalanes sin hacer ruido, pero convirtiéndose en un verdadero fenómeno las noches de aquel verano de hace ya 27 años: Les 1000 i una. Un programa dirigido y presentado por Jordi González, diferente, atrevido, divertido, original, que hacía que los catalanes fueran a dormir tarde, pasada la medianoche. Una combinación a base del talento, proximidad y empatía de Jordi con los invitados, el público de plató y el público de casa, y de un puñado de caras nuevas entre las cuales servidor, orgulloso de haber formado parte. Pero de aquella hornada salieron nombres importantes en el mundo de los medios como los del maravilloso Marc Giró, los hermanos Thaís y Santi Villas, Martina Klein y tantos otros. Por no hablar del éxito del sofá inflable y del "Jooooordi! ¡Jooooordi"! del público cada vez que entraba en plató.
En el programa había una combinación perfecta entre periodistas y actores. Y es que una de las claves de Les 1000 i una eran muchos personajes que le gustaban mucho a los espectadores y que formaban parte de la troupe de cada noche. Así, vimos al despistado 'Doctor Germà Jové', interpretado por el magistral Xavier Bertran, también a Mont Plans, Eva Barceló, el millonario pijo de Arnau Godàs o una chica que el primer día estaba entre el público, todo vitalidad, todo ganas de hacer cosas, optimista, positiva y motivada, todo emocionarse, que hablaba de manera muy rápida y alocada, y que era la encargada de presentar los trofeius u objetos decorativos que el público del programa le hacía llegar a Jordi. Hablamos de la 'Mamen'. Un personaje naif, entusiasta y lleno de bondad, que supo ganarse su espacio en el programa de González con su espontaneidad y el talento de la actriz que le daba vida, Elena Fortuny. Aquí tienen un ejemplo de una de las muchas veces que la Mamen mostró orgullosa los trofeius enviados por los espectadores:
Han pasado 27 años de aquello. Desde entonces, Elena ha seguido haciendo lo que más le gusta, dedicarse en cuerpo y alma a la interpretación, el teatro y los escenarios, compaginando las tareas de actriz con las de dirección en diferentes compañías y coach de interpretación. Las últimas obras en las cuales hemos podido disfrutar de su talento ha sido dirigiendo Los niños oscuros de Morelia en la Sala Trono, El pont, en el Maldà Teatre o haciendo de actriz en la obra El palmeral o en la serie Cuéntame. Y ahora, la han podido ver en la peli del año, una de las más exitosas del cine catalán de los últimos tiempos, récord de nominaciones en los próximos Premios Gaudí. Hablamos de una maravilla de Marcel Barrena, El 47, el filme que explica, con un excelso Eduard Ferdández, cómo un hombre extremeño, Manolo Vital, que conducía un autobús, el 47 del título, y que fue a vivir a Torre Baró, donde se construyó su propia casa, hizo todo lo que pudo, y más, para que llegara el transporte a aquella zona en una Barcelona de finales de los años 70, principios de los 80.
En el elenco, aparte de Fernández, Clara Segura, Carlos Cuevas, David Verdaguer o la joven Zoe Bonafonte, haciendo de hija de Vital. Una joven que tiene un par o tres de escenas descomunales, cuándo está cantando en una escuela de música donde tiene como maestra a una mujer severa que le hace saltar las lágrimas. Papel que interpreta Elena Fortuny, justamente.
Un pequeño papel, intenso y que interpreta a la perfección Elena. Encantados de reencontrarla en la gran pantalla. Se merece más papeles como este.