Si durante el resto del año Tamara Falcó ya se pasa la vida yendo de sarao en sarao, fiestas, alfombras rojas y celebraciones, imaginen ahora, en plena época veraniega, con cenas al aire libre, terracitas y tiempo libre que tiene. La hija de la Preysler y su marido, dos años ya de casados, celebran este hito con un viaje. Un segundo aniversario como matrimonio para el cual han escogido la Provenza como destino para relajarse todavía más de lo que ya lo están. Días de desconexión y descanso como pareja, "Tal cual lo que hacía falta", tienen la jeta de decir en redes. La marquesa de Griñón y su marido se casaron el 8 de julio del 2023 y ahora lo han celebrado con una escapadita romántica para empezar sus vacaciones de verano.




Seguro que Tamara espera que como mínimo allí, su marido tenga una actitud más romántica y atenta que la que ha tenido justo antes de hacer las maletas hacia Francia. Y es que el comportamiento de Íñigo Onieva en un restaurante, con muchos testigos viéndolo, ha sorprendido mucho. Habla la revista Semana, haciendo referencia a una exclusiva y elegante cita de la noche madrileña de los últimos días, organizada con motivo del centenario de un icónico hotel de la capital española, 'Le Bristol Paris', en el espacio AP House Madrid - La Suite de la calle Serrano. Muchos invitados, muchos brindis, muchas delicatessen... "y una nota discordante que llamó la atención ¡y mucho! a los asistentes". Protagonista: el marido de Tamara. Y es que su comportamiento chirría todavía más en comparación con cómo es su pareja, una persona que siempre es la alegría de la fiesta, disfrutona y espontánea.

La actitud de Onieva no pasó desapercibida para los asistentes... "para mal". Según un testimonio en el citado medio, Onieva se mostró "apático, ausente, pasota". Desganado, cara de pocos amigos, como si le estuvieran depilando los pelos del cuerpo pelo a pelo con unas pinzas, con ganas de largarse de manera indisimulada. Y Tamara, todo lo contrario, cosa que contrastaba más todavía: "Se interesó por el bienestar de los asistentes, comentó los entrantes, propuso temas de conversación... En resumen, se metió a todos en el bolsillo. Onieva, en cambio, mantuvo un perfil bajísimo, intercambiando pocas palabras y respondiendo con lo justo, en formato monosílabo y con cara de lunes por la mañana”. ¿Comentario masivo de la gente que estaba a su alrededor y veían su cara de vinagre?: "No tiene su mejor día. La actitud de ambos era como la noche y el día. Dos polos opuestos. Lo cierto es que llamó mucho la atención".

Y destaca también que esta actitud lamentable de Onieva la hizo justamente en un lugar como 'Le Bristol Paris' que es donde celebraron allí su primer aniversario de boda él y Tamara Falcó, durmiendo en una habitación de 15.000 euros la noche para celebrar el primer año de su boda. Es decir, que en teoría, tendría que ser un lugar que le evocara buenos recuerdos a Onieva, y no su comportamiento arisco y como si le debiera dinero a alguien.