Filipinas, Indonesia, la Riviera Francesa y las Islas Baleares solían ser los lugares elegidos por Isabel Preysler para disfrutar de sus vacaciones de verano. Sin embargo, hace algún tiempo descubrió una discreta y paradisíaca isla en el Caribe que se ha convertido, con el paso de los años, en uno de los destinos más buscados por los famosos gracias a la privacidad y la exclusividad que ofrece. No obstante, esto no siempre fue así, ya que anteriormente la estadía en esta isla era una completa pesadilla debido a que estaba totalmente infestada de mosquitos.

Se trata de la isla de Mustique, un exótico paraíso de menos de 6.000 metros cuadrados de superficie, perteneciente a San Vicente y las Granadinas, y que cuenta con una población local de tan solo 500 habitantes, quienes son los encargados de recibir y atender todos los hoteles y villas de lujo que han sido creados por la empresa Mustique Company, una compañía que posee dos amplios hoteles y 90 villas privadas en las que suele hospedarse Preysler junto a su pareja, el escritor Mario Vargas Llosa, y otras celebridades de gran renombre como Elton John, Raquel Welch, Paul Newman, David Bowie, Mick Jagger, Tommy Hilfiger, Bryan Adams, el príncipe Guillermo y Kate Middleton y hasta el ex primer ministro británico Boris Johnson y su esposa.

Sin embargo, fue la princesa Margarita, hermana de Isabel II, quien popularizó esta isla a finales de la década de los 60 cuando pidió que le construyeran una impresionante villa en el terreno de cuatro hectáreas que le había obsequiado el tercer barón de Glenconner, Colin Tennant, quien se había hecho con el dominio de la isla en 1958 al comprarla por 57.000 dólares. De hecho, fue en Mustique donde la princesa Margarita fue fotografiada en compañía de Roddy Llewellyn, un hombre menor que ella con el que mantenía una relación amorosa mientras aún estaba casada con Lord Snowdon, desatando una de las polémicas más grandes en la historia de la Corona británica.

Mustique: de pesadilla a paraíso tropical

Aunque si bien es cierto que esta isla se ha convertido en un lugar de ensueño para los famosos, la realidad es que cuando el aristócrata compró la isla ni siquiera la había visitado, por lo que no sabía con qué se encontraría al pisar sus nuevas tierras. En ese momento, la isla era un lugar árido totalmente virgen y sin explorar, y con un nivel de humedad extremo que atraía a millones de mosquitos, convirtiéndola en un verdadero infierno inhabitable.

No obstante, Tennant tomó la decisión de acondicionar la isla para convertirla en un sembradío de algodón, pero todos los intentos fueron fallidos, porque la tierra no era fértil. El amigo de la princesa Margarita decidió no abandonar el proyecto y, aunque invirtió toda su fortuna en ello, logró convertir un pedazo de tierra seco y árido en uno de los enclaves más exclusivos y solicitados en todo el mundo, uno de los preferidos por Isabel Preysler para disfrutar del buen tiempo.