Después de muchos meses de deliberaciones, amenazas de juicio y críticas hacia la corona británica, finalmente los abogados del príncipe Andrés han anunciado que lograron “un acuerdo de principio” con Virginia Giuffre, la mujer estadounidense que denunció al hijo favorito de la reina por abuso sexual en 2001, cuando ella pertenecía a la larga lista de menores de edad vinculadas a la trata de personas por parte del magnate Jeffrey Epstein.

A pesar de que la reina no quería involucrarse en el escándalo del príncipe, se vio en la necesidad de desembolsar una gran cantidad de dinero para evitar que su hijo vaya a juicio, dado que no quiere que la familia real se vea involucrada en un tema tan grave y de alcance internacional. Los abogados del duque de York, personal de confianza de la reina Isabel II, lograron que el juez “suspenda todos los plazos” del caso, evitando que comenzara un juicio mediático el próximo otoño.

Virginia Giuffre/ Agencia

Virginia Giuffre/ Agencia

El duque de York siempre ha indicado ser completamente inocente de los cargos que se le acusan, tratando de desestimar la denuncia civil presentada por Giuffre. Los abogados defensores argumentaron que el fallecido Jeffrey Epstein había llegado a un acuerdo extrajudicial con la demandante, donde se había acordado de que ella no emprendería ninguna acción legal contra otras personas, entre ellas el hermano menor del príncipe Carlos. Sin embargo, un juez de Nueva York rechazó el argumento de la defensa y siguió investigando el caso.

Recientemente, salió a la luz una carta de los abogados de Giuffre dirigida al juez Lewis Kaplan donde comunicaron que el príncipe Andrés hará una “donación sustancial” a la fundación de Giuffre que ayuda a las víctimas de abusos y trata de personas. No obstante, en la carta publicada por la cadena CNN no se indica la cantidad exacta de la donación.

principe andres / europa press

Príncipe Andrés/ Europa Press

Según información extraoficial, algunos miembros de la familia real han presionado al duque de York para que aceptara un acuerdo económico, evitando más escándalos a la Corona. Al principio, el príncipe se negó rotundamente, dado que hacer un pacto con la “víctima” supone reconocer su culpa y él no estaba dispuesto a hacerlo. Finalmente, el príncipe Andrés cedió ante las exigencias de la reina al claudicar y aceptar un acuerdo con la demandante. Aunque los abogados del príncipe no han confirmado la cantidad que le ofrecieron a Virginia Giuffre, varios medios han indicado que la cifra supera los 14 millones de euros, dinero que salió de las ventas de propiedades en Lancaster, valoradas en 23 millones de euros.

Asimismo, el hijo de Isabel II alegó que nunca tuvo la intención de difamar a la Giuffre, asumiendo que ella ha sufrido demasiado al ser “víctima de abusos”, mientras tolera todos los ataques públicos que ha recibido. A pesar de que el duque de York pidió disculpas públicas por su relación con el magnate Jeffrey Epstein, la reina lo despojó de todos sus títulos militares y de los beneficios económicos de pertenecer a la familia real británica. Andrés se libró totalmente de la condena jurídica, pero será recordado como el miembro de la familia real que abusó de una menor, suponiendo una enorme condena moral de por vida.