Borrado del mapa. Así es como se encuentra Antonio David Flores. El ex guardia civil ya no aparece en Telecinco ni para que se le critique y su ratio de popularidad ha bajado en picado.
Ahora que ha cumplido 46 años, las desgracias no dejan de llegar en su casa, y la última de ellas ha sido la constatación del fracaso de su canal de Youtube. Está hundido en las redes sociales y su canal ya no le da apenas ingresos. Está en bancarrota mediática: sus seguidores no suben y las visitas a sus vídeos criticando todo lo habido y por haber de Mediaset España no dan los frutos de antes. Por ejemplo, en uno de sus últimos vídeos, el padre de Rocío Flores no supera las 58.000 visualizaciones, una cifra irrisoria a nivel de Youtube con la que, obviamente, no le da ni para una barra de pan.
Pero lo peor de eso no es este simple mal dato de 58k… Lo peor es que no parece que la cosa vaya a remontar. No hay ningún indicio por el que creer que Antonio David Flores empezará a ganar engagement y eso debería hacerle replantear muchas cosas, entre las cuales su futuro laboral: ¿Qué hará ahora el ex colaborador de ‘Sálvame’ con su vida? Debería empezar a buscar un trabajo, si no quiere ser un mantenido de Marta Riesco, con la cual parece que ha retomado su relación sentimental.
Reencuentro y reconciliación en Chueca
Ya se habían visto hacía días, pero la última cita que confirma que Marta Riesco y Antonio David Flores retoman la relación es la que ocurrió el pasado fin de semana en el barrio madrileño de Chueca. En uno de sus locales de ocio (‘Válgame Dios’, bareto donde fue pillado en 2019 el aún ministro Fernando Grande-Marlaska cuando Barcelona y Cataluña ardían después de la sentencia del Procés), Riesco y Flores fueron cazados in fraganti más acaramelados que nunca derrochando una complicidad nunca antes vista en la pareja. Quieren como sea volver a estar en el foco mediático, y si hace falta, harán lo que sea para que se vuelva a hablar de ellos. Parece que la pareja estuvo durante una hora y media en el interior del restaurante, e incluso llegaron a estar acompañados por una tercera persona. Una amiga de Marta Riesco hizo de sujetavelas durante la cena y presenció de primera mano las carantoñas y los gestos cómplices de la periodista y el ex guardia civil vetado en Telecinco.