En muchos matrimonios se acaba el amor y deciden tomar caminos separados. Hay unas relaciones que son más tormentosas que otras. El caso de Bertín Osborne y Fabiola Martínez es todo un ejemplo. A pesar de su ruptura de mutuo acuerdo, ambos mantienen una buena relación por los dos hijos que tienen en común. Siempre se reúnen para hablar de su educación o para pasar tiempo con ellos, incluso para los momentos más importantes como sus cumpleaños.

Bertín Osborne y Fabiola Martínez discutían bastante en los últimos tiempos y antes de acabar enemistados decidieron poner tierra de por medio. Pensaban totalmente diferente. A día de hoy, tanto ella como él siguen solteros. Aunque se le atribuyó una relación al presentador, éste la desmintió. La empresaria por ahora no piensa en el amor. Solo se dedica a sus hijos, su mayor amor, y a ella misma.

Bertín Osborne y Fabiola / MEDIASET

Bertín Osborne y Fabiola / MEDIASET

El futuro de Fabiola Martínez 

Actualmente soy la directora de Marketing y Comunicación. Empecé en enero y estoy muy contenta porque me gusta mucho. Aunque en general disfruto de cada reto”, cuenta Fabiola en una entrevista a ABC. Confiesa que a día de hoy ha tenido que aparcar el máster en Administración de Empresas porque no tiene tiempo para todo.

Fabiola Martínez siempre ha dejado bien claro que no quería ser una mantenida. Bertín Osborne se ocupa de todos los gastos de los dos niños, ella se espabila sola. Buen ejemplo son todos sus proyectos. “Él se ocupa económicamente de los gastos de los niños, que son lo más importante, y de mí ya me ocupo yo y me siento muy orgullosa de él". 

Fabiola Martínez y Bertín Osborne

Bertín y Fabiola / MEDIASET

Fabiola Martínez ha hablado del fin de la relación. “Ninguna ruptura es dulce, pero si hay cariño y respeto eso prevalece. Ambos hemos puesto mucho de nuestra parte para sacar lo mejor. Algo tan triste como es una separación, no de una pareja, sino de todos los cambios que supone para la familia”, cuenta.

Y revela que ahora mismo sus puertas para el amor están cerradas, aunque nunca se sabe. “Ahora estoy muy focalizada en hacer bien mi trabajo, tener cierta estabilidad y disfrutar de mis hijos. Imagino que el resto vendrá cuando tenga que venir… ganas no tengo en estos momentos pero… No renuncio a nada”, concluye.

Además, ahora sus hijos llegarán a la adolescencia y, como cualquier madre, está preocupada. “La preocupación por los hijos es inherente. Así que estaré preparada y alerta para ayudarlos cuando me necesiten. Carlos hace unos días me habló de una reflexión. Me dijo: "Mamá, los padres no pueden ser amigos porque si son amigos dejan a sus hijos sin padres" y yo le respondí que ese equilibrio es lo más difícil”.