Roger Pera está en nuestras vidas desde que nació. Y no sólo por ser hijo de quien es, el mítico Joan Pera, uno de los hombres más queridos de Catalunya. También por quien es él y por lo que ha hecho desde bien pequeño. Voz inconfundible al servicio del doblaje de las estrellas de Hollywood, decenas de series, como aquel 'Marc' de Poble Nou en TV3, películas y montajes teatrales que perduran en la memoria colectiva, como Germans de sang o Amadeus. Talento como actor, acompañado de un magnetismo como tienen pocos. Pero la imagen de seductor, de hombre de éxito, de carismático, tenía una parte oscura cuándo se miraba al espejo en soledad. Un Roger sin causa como se define a sí mismo, que se abre en canal en el libro Èxit. On tot comença. Un libro necesario. Valiente. Conmovedor. Optimista. También duro. A ratos divertido. Muchas otras, sobrecogedor. Y dónde llama a las cosas por su nombre. Habla de él, del éxito y el fracaso. Y de la adición a la droga blanca que casi lo funde todo a negro. Pera habla claro en el libro y en una entrevista para En Blau.

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@rogerpera

El libro es conmovedor, duro, sincero y directo a la yugular, sin florituras...

Estoy muy contento por el recibimiento. Es mi primer libro y me gusta que me digan que es como si estuviera hablando yo. He sudado tinta escribiéndolo, pero tenía claro que quería hablar abiertamente de mi adicción a la cocaína. Quería llamar a las cosas tal como son, porque a mí no me las explicaron tal como son. Si yo hubiera sabido todo lo que sé ahora, lo que me podía pasar, los episodios que he tenido que pasar, estoy convencido de que no lo hubiera hecho.

A ratos también es tremendamente divertido...

Quería dejar claro que la historia de mi vida no es triste. Tiene momentos complicados, por el personaje que me creé, un gilipollas, pero quería explicarlo con sentido del humor. Nada es trascendente, todo se puede cambiar.

El libro es una historia de amor, como dices en la dedicatoria, a la familia, a los amigos, a la profesión...

Ahora soy el actor que soy y la persona que soy, gracias a todo lo que he vivido. Gracias a Dios le he dado la vuelta. Estoy agradecido por haber podido cambiar mi vida. Soy un apasionado por la vida, entonces, ¿por qué me veía a veces encerrado en una habitación matándome? Me siento muy querido por todo el mundo, los padres, los hermanos, la profesión... tenía ganas de devolver con creces toda este cariño que me han dado.

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@rogerpera

¿Cuándo fue el inicio de la pesadilla, más allá del día que cruzaste la línea roja y tomaste la primera raya?

La primera raya, muchos lo hacemos, aquella época en la que queremos probarlo todo. Todo empezó a ir mal cuando le dije a mi padre: 'Me parece que tengo un problema con la cocaína'. Él me dijo: '¿Quieres que hagamos algo?'. Y yo le dije: 'Espera'... Este momento de negación es clave para que me pasara todo lo que me pasó después. Trabajaba mucho, mucho, y después me premiaba. Hasta que acabé consumiendo encerrado en casa, con paranoias, que es lo más triste y lo peor del mundo.

Te defines en el libro como un 'Roger sin causa'. ¿Cuál era la 'causa' de un 'Roger sin causa'?

Ahora río cuando me miro al personaje con perspectiva. Pero el Roger era un crío que no se quería nada. Trabajaba mucho, pero era tímido, con complejos...

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@rogerpera

¿Cómo puede ser tan diferente la imagen pública que proyectabas, de alguien valiente, con carácter, con magnetismo, con talento, a cuando te mirabas al espejo en casa?

Desde pequeño vivía con un sufrimiento constante. Lo tenía todo, o lo hacía ver, pero ni me gustaba ni estaba contento conmigo mismo. Fíjate: de pequeño, iba a ver a mi padre, y me decía, 'ven, que saludarás al Capri'. Y el Capri no quería salir porque estaba llorando en el camerino. Y era alguien que tenía a Catalunya a los pies. A veces somos muy frágiles. Yo tenía muchas exigencias conmigo mismo y ganas de gustar y de cumplir con todo el mundo, de tener éxito. Hasta que fui petando como un cohete.

Tú eras 'Roger sin causa'. El otro rebelde sin causa por excelencia era James Dean, que hizo tres películas inolvidables y después murió a los 24 años por un accidente. ¿Tú viste la muerte de cerca, alguna día pensaste que no lo explicabas?

Mis crisis eran en casa, cuando después de trabajar, para celebrarlo, no podía parar de consumir, era un adicto, no tenía nunca bastante. Un día pensé que me estaba cogiendo un infarto. En realidad era un ataque de ansiedad, pero yo me pensaba que me moría. Y yo no me quería morir.

¿Qué recuerdas de aquel día?

Aquel momento se me ha quedado grabado. Es una de las fotos que no quiero nunca más en mi vida. Salí descalzo, a la calle, en batín y en pelotas. Cuándo haces un tratamiento siempre te dicen: 'Tienes que guardar fotos, fotos que no quieres más'. Y yo, enseguida pensé: 'Ya la tengo'. Esta imagen la llevaré siempre conmigo, y todavía se me pone la carne de gallina. Ahora lo empiezo a ver de lejos y hablo mucho, pero la recuerdo y, buf...

¿Por qué este libro? ¿O para quién, este libro?

Para los jóvenes. Cuando me dicen que tendría que ser un libro obligatorio en las escuelas o en las escuelas de teatro, a mí me hacen muy feliz. De alguna manera lo escribo para ellos. Y para los padres, que lo pasan muy mal. Mi padre, pobre... Ahora está encantado porque hemos ganado la partida y está orgulloso, pero lo ha pasado muy mal. Quería explicarlo para que la gente se meta en mi piel y entiendan una enfermedad que en este país, a veces, todavía nos cuesta hablar.

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@rogerpera

Hablas de tu padre Joan. Página 92. La frase que más me ha puesto la carne de gallina. No te presentas a un rodaje donde trabajabas con él, y te llama y te suelta esta frase: "Preferiría que estuvieras muerto, Roger"... ¿Cómo se toma eso un hijo?

Él lo dijo desde todo el amor del mundo. El problema de mi padre es que a menudo me veía brillando y trabajando mucho y haciéndolo bien y después se sorprendía de lo que me pasaba.

Ahora debe ser el padre más feliz del mundo...

Estos días he estado confinado con los padres. Pero ahora, que hemos empezado a doblar y trabajar hasta las diez de la noche, me llama a las noches y me dice: '¿No vienes a ponerme una película?'... Eso es muy bonito. La importancia de tener una familia... A veces nos discutimos y nos lanzamos los trastos a la cabeza, pero otros... Por eso es una historia de amor, por el amor hacia la familia, la gente y hacia mis padres, por descontado.

Un padre con quien no te has abrazado mucho, porque él no es mucho de abrazar... ¿Ahora cómo va el tema?

Es una cosa cultural... Mi padre no abraza nunca, nunca. Ahora en enero volvemos a hacer el Papa Mozart con la Sinfónica del Vallès, donde hacemos de Mozart y su padre Leopold. Al final de la obra nos tenemos que abrazar y en los ensayos, ¡él no lo hacía! Y el director le decía: '¡Abraza, hombre, que no pasa nada'!.

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@rogerpera

¿Cómo te sientes ahora?

Dejar las drogas no es ir a un centro tres semanas y volver. Es hacer un proceso 2.5 de muchos años, de cambiar cosas, de trabajar emociones y autoestima. Ahora no tengo miedo de nada. Me siento muy libre. Cuando no tienes nada que perder coges un poder especial.