Confesamos nuestra debilidad por el actor Roger Coma. Encima de los escenarios o delante de cámaras, es de los actores más creíbles que tenemos en nuestra casa. Talentoso hasta decir basta, sus personajes acostumbran a caer muy bien, como los que interpretó en Laura, Porca miseria o ahora más recientemente haciendo de Ivan en Com si fos ahir.
Con mención especial cuando hizo de él mismo en la hilarante El crac de su amigo Joel Joan. Pero cuando no hace de actor, Roger también es un crack.
Roger Coma / @rogercoma
Los que tienen la suerte de conocerlo hablan maravillas de él. Buena persona, ocurrente, divertido y con un sentido del humor sensacional. Socarrón como hay pocos, su cuenta de Instagram es una maravilla donde las pequeñas cosas e imágenes del día a día toman una nueva dimensión bajo el prisma de su móvil.
Aquí van algunos ejemplos:
Imágenes captadas por Roger Coma / @rogercoma
Por no hablar de la maravillosa Les coses grans, una webserie parida por Coma que hace un tiempo ganó incluso un Premio Ondas. Tal como pregonaba la propia sinopsis, "una serie con humor, ironía pequeña y comportamientos demasiado humanos. Los pequeños dramas tienen derecho a ser neurosis graves. Los personajes no saben qué buscan, pero lo buscan con mucha convicción. Las cosas más pequeñas son grandes problemas o grandes felicidades".
Y ahora, una cosa pequeña le ha proporcionado una gran felicidad al actor y director.
Roger Coma / @rogercoma
A Coma lo pueden ver nuevamente en el teatro, en la espléndida Escape Room. En el Teatro Condal pueden ir hasta el 6 de febrero. Si no lo han hecho, ya tardan. La obra de Joel Joan y Héctor Claramunt que ahora cuenta encima del escenario con el propio Roger Coma acompañado de Paula Vives, Biel Duran y Míriam Tortosa.
Cuando vayan, seguro que pasarán un muy buen rato. Y quién sabe, quizás también se encuentran en medio de las butacas lo que se ha encontrado Coma. O lo que ha colocado él mismo. Da igual.
La cuestión es que el mismo actor ha grabado un vídeo marca de la casa, muy a su estilo, en una platea vacía y donde ha visto, en el cabezal de una de las butacas del teatro, una chuche, una golosina, uno de aquellos corazones de azúcar de color naranja y rojo que no ha dudado en ponerse a la boca.
La cultura es segura... y dulce.
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Hace unas semanas, lo que vivió Coma en una tienda no fue tan dulce. Y desgraciadamente, le pasa a menudo. Cuando el actor entra en una tienda llena de maleducados, lo que hace es repetir el saludo las veces que haga falta: "Lo que más me gusta es decir buenos días cuando entro a una tienda y que nadie me conteste. Así lo puedo repetir dos o tres veces".
Bravo por Roger. Pagaríamos por coincidir algún día con él entrando en una tienda. Y si puede ser, de chuches, mejor que mejor.