Marilyn Monroe sorprendió a todo el mundo cuando al preguntarle qué se ponía para ir a dormir, ella respondió que unas gotas de Chanel nº5. Nada mejor que un cuerpo desnudo perfumado, debería pensar la ambición rubia. La ambición de Kim Kardashian es ser un icono todavía mayor de los negocios y de las redes sociales. Es una influencer multimillonaria que no deja cabos sueltos y que explota al máximo sus virtudes en beneficio propio.

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Desde hace un tiempo, la hermana mayor del clan tiene un objetivo: reventar el mercado de las fragancias con un producto de su factoría, KKW Body. Para hacer que se vendiera como churros, tuvo una ocurrencia: servir de modelo para el frasco del perfume. Para hacerlo, se tuvo que tomar un molde de la instagramer, por lo cual se embadurnó de barro.

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¿El resultado? Un diseño que algunos acusaron de copia de la famosa fragancia con forma de torso femenino comercializada por Jean-Paul Gaultier.

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Pero la Kardashian tira mucho. Y las existencias también. Agotadas. Pero vuelve a haber stock. Y a la celebrity no se le ha ocurrido otra manera de anunciarlo que aparecer desnuda en su cuenta de Instagram, en una postura idéntica a la de las botellas que quiere vender: