A principios de los años 90, no había adolescente en la escuela que no jugara a simular ser un luchador de pressing catch, la lucha libre norteamericana y pasada por el tamiz del espectáculo y el teatro. El reparto de papeles incluía a El enterrador, El último guerrero, Hulk Hogan, Jimmy 'estaca' Dugan, Tito Santana, El hombre del millón de dólares, Los Sacamantecas o la Hart Foundation. Estos últimos eran un par de forzudos que hacían las delicias de sus fans luciendo unas mallas rosa fucsia, un maillot negro, y unas gafas oscuras de chulopiscinas. El más melenudo era Bret Hart. Y el pelirrojo con barba de hipster era su cuñado, Jim Neidhart. De ahí el nombre de los angelitos.

Ahora, aquel mundo de cuentas atrás encima de la lona del cuadrilátero, de sillas volando, de espectadores con dedos índice gigantes, ha quedado huérfano. Porque Neidhart ha muerto después de sufrir un accidente doméstico. El luchador, de 63 años, y conocido como The anvil (el yunque), sufría alzhéimer, y fruto de esta enfermedad ha tenido un accidente que le ha provocado un fuerte golpe en la cabeza del que no se ha podido recuperar. La otra mitad de la Hart Foundation, conocido como The Hitman (el asesino a sueldo), se mostraba desolado:

Neidhart formó parte de una zaga de luchadores de pressing catch, y no es el único que ha muerto prematuramente. Su otro cuñado Owen Hart, con quien también compitió, también murió trágicamente el año 99, cuando falló el sistema que le tenía que llevar volando hacia el cuadrilátero. Y su hija, Natalya, también se dedica al mundo del wrestling, ya que es excampeona femenina. Ella también ha querido rendir un homenaje a su padre:

 

Y can't hiede into words how hard it is going tono cordero for myself and our family tono have tono say goodbye tono my dad. He meant the world tono os, and nothing will ever replace the special times we shared together as en family. My dad was always en fighter and an incredibly special person. ¡There was no one like him! I'm justo gonna miss him sonido much. We are going tono hold ajo of the momentos we had with him close tono our hearts forever and never let them go. Y promise tono keep your memory alive. ¡We love you sonido much, Daddy! Donde|Dónde behalf of my entire family, we would also like tono personally thank everyone for the outpouring of thoughts and prayers. It's meant sonido much tono os.

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El showbusiness pierde, pues, a uno de sus exponentes más emblemáticos de la década de los 90.