Javier Bardem es considerado como uno de los actores españoles más reconocidos internacionalmente. Ganador de un Óscar, un Globo de Oro, cinco Goyas... Los premios en su currículum se van sobreponiendo, siendo sus actuaciones aclamadas por la crítica. Los mejores directores de cine lo han pedido y han trabajado con él...
Es por eso que ahora ha dado la cara por Woody Allen, acusado de acosar sexualmente su hija. Bardem ha asegurado que seguiría trabajando con él si le ofreciera un papel que le interesara, sorprendiendo a muchos: "No me considero nadie para decir si Allen es culpable o no. Hubo un juicio y el juez dictaminó que era inocente. Estoy de acuerdo con este juicio. Trabajaría con él si me gustara el papel que me ofreciera. Desde el punto de vista de la justicia, su situación es exactamente la misma que cuándo empecé con él en 2007".
Flickr
Este año en Estados Unidos ha cogido mucho peso el movimiento en contra del acoso sexual. Y como el actor es consciente de la repercusión que podrían tener estas declaraciones a favor del director en Le Parisien, ha decidido cuidarse en salud. ¿Cómo? Asegurando que está a favor de todas las campañas que se han iniciado: "El movimiento #Metoo es genial, pero se tiene que ir con cuidado con estos ensayos públicos".
La carrera de Bardem es increíble, pero se ha ganado muchos detractores al irse fuera de España a ganarse la vida. Desde un principio apostó por el cine americano, desprestigiando públicamente el español. Y ahora ha añadido un pensamiento que no hará que su imagen mejore, mostrándose muy crítico con la cultura que hay en el país: "En España a la gente sólo le interesa el fútbol. Cuando dices que eres artista te miran como si hubieras hecho alguna cosa mal".
Wikimedia
Eso lo ha dicho desde Francia, poniendo por las nubes la mentalidad de allí. El periodista le preguntaba por el premio que ha recibido su mujer Penélope Cruz recientemente, un César honorífico a su carrera. ¿Y cómo contestaba él? Criticando a España: "Penélope estaba muy conmovida. Francia valora la cultura, la identidad y la industria. Pero cuando volvimos a Madrid, donde vivimos, nadie habló de su César".
Las palabras han hecho que Twitter se vuelque a criticarle, acusándolo de hacer más caso a su interés propio que a los principios: "Que no nos venda historias, él va al negocio", "¿También trabajarías con un director fascista?", "A la gente en España le hace daño que los presuntos personajes de la cultura les desprestigien, eso se traduce en indiferencia" o "El fútbol es un arte y tu cine muy malo" es lo más suave que le han dicho.