Una de las canciones más famosas de Aitana dice "Vas a quedarte, porque te juro que esta vez voy a cuidarte. A nuestra historia le hace falta una segunda parte. Aunque nos digan que eso nunca sale bien, vas a quedarte". No sabemos si la historia de amor entre la cantante catalana y Sebastián Yatra tendrá o no una segunda parte, pero no tiene pinta. La exconcursante de OT y el cantante colombiano han partido peras, cuando parecían hechos el uno para el otro, y sus fans, tanto por separado como en común, se han quedado desolados. Tenían muy buena pinta, pero no podrá ser.
Parecía que sería una pareja que duraría, pero su separación ha dejado a todo el mundo con el pie cambiado. El cantante de Tacones rojos, Vagabundo o Traicionera y la intérprete de Mon amour, Formentera o Las babyes lo han dejado estar y ahora, cada uno de ellos dos, por separado, intenta rehacer como puede su vida. Y para conseguirlo, la de Barcelona ha tirado, no de babyes o de amigas suyas ("Quiero bailar perreando toda la noche. Con las babies. Quiero brindar por un amor que nunca fue. Sorry, baby"), sino de un hombre que está consiguiendo que deje la mente en blanco y no esté triste. Ha preferido cabalgar las olas que no perrear toda la noche. ¿Con quién? Tal como dicen en el diario As, "En esta tormenta que está atravesando ha encontrado Aitana un flotador al que agarrarse, una amistad en la que refugiarse del ruido mediático. Un salvavidas que tiene nombre y apellidos".
Referencias marítimas con razón de ser. Y es que Aitana está pasando las penas en Zarautz al lado de un buen amigo, nada de ninguna cuestión sentimental: Aritz Aranburu. Los dos se conocieron tiempo atrás gracias al anterior ex de la cantante, el actor Miguel Bernardeau. Aunque la cosa tampoco llegó a buen puerto entre ella y el hijo de Ana Duato, sí que siguió manteniendo la amistad con Aritz, un hombre que ha hecho de su pasión por las tablas de surf y el mar, su profesión. Y que también ha dado clases a Aitana, buena amiga suya.
La propia Aitana ha subido a redes diferentes imágenes con el surfista, acompañadas de palabras sentidas hacia su buen amigo: "salió hasta el arcoíris... los mejores profes".
Corazones blancos y reflexiones dedicadas a las olas y a un deporte que está siendo balsámico para ella, es lo que tiene el agua y la sal, que limpian y purifican y ayudan a cicatrizar antes las heridas del corazón.
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