El éxito internacional de nuestra alta cocina vanguardista de los bi o tri estrellados, consolidada a principios de los 2000 y que aún dura, ha hecho que muchos cocineros hayan intentado emular a sus grandes ídolos locales. Ello ha llevado a pequeños proyectos, muchas veces con recursos limitados, a intentar producir platos de gran exigencia técnica, estética y creativa. Y así hemos avanzado muchos años, pero lejos de los restaurantes por todos conocidos, en los que se pagan facturas con un par de ceros y en los que hay que reservar con antelación milenaria, se ha demostrado de lo muy esclava y poco rentable de esta propuesta para sus creadores, sobre todo durante la crisis, pero también después de ella.

La cocina es algo vocacional, que vive hoy y desde hace varios lustros de un auge en el reconocimiento como materia artístico-cultural. Sin embargo, hay una realidad que no se nos puede escapar: la cocina es también un negocio del que viven familias que a menudo arriesgan sus ahorros al inicio y que siempre siempre siempre hipotecan un ingente número de horas. La economía manda, pero no solo eso, los locales a media ocupación tampoco acaban de satisfacer a los restauradores…mola más cuando hay mucha gente, movimiento, rotación y feed back abundante. Lo bonito es que grandes cocineros, hacen ahora platos divertidos, sabrosos y sencillos, con las técnicas y principios aprendidos en un nivel de exigencia superior, algo que da un resultado “asequiblemente exquisito”.

Ejemplo práctico de lo expuesto es el local que hemos ido a visitar en pleno corazón de la Tarraco romana. Allí encontramos un “nuevo viejo” restaurante, el AQ. A los pies de la muralla, este restaurante, de propuesta muy vanguardista hasta hace unos meses, ha dado un paso atrás en creatividad y perfección y precio, para dar dos adelante y ofrecer una cocina más cercana, económica, igual o más divertida y sobre todo, más popular. Así es como se explica que un restaurante de sólida trayectoria (13 años), haya pasado de estar semi lleno (por ser optimistas), a estar a full, y dar comidas en casi más de un turno.

Local recién reformado de acuerdo a la nueva filosofía, con cocina vista, larga barra a modo japo en frente de las distintas partes de la cocina, y con capacidad en mesas para un total de 50 personas. Camareros-cocineros todos vestidos igual, vinos difíciles de encontrar en las tiendas y bullicio notable, hacen del AQ una nueva propuesta que salta a la vista que se ajusta más a esa cocina divertida y moderadamente creativa, que la gente disfruta a menudo y sin gran esfuerzo, simplemente porque es buena y fácil de entender y comer.

Pudimos probar un menú de 8 servicios, en una rápida, divertida y trepidante secuencia, con platos siempre distintos y fotogénicos, propuestas sin preciosismos gratuitos, y con sabores reconocibles, pero también eclécticos: Taco de mejillones en escabeche, Calçot y gamba rebozados (tipo tempura), Ensalada de puerros con bacalao ahumado, Canelón de cebolla (la piel de la cebolla hacía de pasta del canelón) con Pecorino rallado, Ramen de escudella, Sepia con alcachofas y pil pil (¡¡el mejor!!), Costilla de cerdo a la brasa o una Torrija con helado para terminar. Mira las fotos, hablan por si solas. Bueno, y si vives cerca, el éxito en términos de número de clientes también es evidente.

Calçot y gamba rebozada en tempura

Calçot i gamba rebozada en tempura

Canelon de cebolla

Canelon de cebolla

Costilla de cerdo a la brasa

Costilla de cerdo a la brasa

Ensalada de puerros con bacalao

Ensalada de puerros con bacalao

Ramen de escudella

Ramen de escudella

Sepia con alchachofas y pil pil 

Sepia con alchachofas y pil pil

Taco de mejillones con escabeche 

Taco de mejillones en escabeche

Torrija

Torrija

Podríamos decir que los dos socios del AQ, han decidido afrontar su madurez con un brindis a la cercanía y a la juventud. Aplaudimos a estos cocineros-empresarios por la valentía de reinventarse, por la constancia de su trabajo que dura ya 13 años y sobre todo por lo bien que nos dieron de comer. ¡Diversión, creatividad, placer y calidad, a un precio apto para repetir a menudo! ¡AQ’s, los Miguelines te saludan!

Puntuación
Comida   Vinos
70   70
Servicio   Local
68   68
Precio   Estrellas Miguelín
35€   2 estrelles

¿Dónde está "AQ"?

Dirección: Carrer de les Coques, 7, 43003 Tarragona

Teléfono: 977 21 59 54

Horario: De lunes a domingo de 13:30 a 15:30 y de 20:30 a 23:00

Web: https://www.aq-restaurant.com/